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Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

19.5.23

RELATO: Amigas Para Siempre

Algo en su mirada había cambiado. Mientras hablaban, no dejaba de pensar en todo lo que habría vivido en el tiempo en el que no habían tenido contacto. La escuchaba como si estuviesen las dos solas, obviando el ruido de los coches al pasar, los gritos divertidos de los niños al salir del colegio, la vida que seguía alrededor de ambas. Sus oídos solo le prestaban atención a ella. Y su mirada...la buscaba, buscaba a esa amiga de la infancia con la que compartió numerosos momentos. Buscaba a esa adolescente con la que cometió las locuras mas alocadas que pudiese recordar. Pero ya no estaba.

De todas las personas que podría haberse encontrado en aquel banco mientras esperaba a que la recogiesen, era la única, en quien no pensó. Tiempo atrás, habían sido inseparables, mejores amigas, de esas que casi se convierten en hermanas, y fue la edad, las circunstancias, el transcurso del tiempo...lo que fue poniendo distancia entre ambas, hasta dejar de tener contacto. Realmente no había sucedido nada grave, ambas se mantenían en el recuerdo, pero la vida ya era otra, y los intereses...también. Así que cuando, sentada tranquilamente, vio una cara familiar pasar lentamente en un coche, el corazón la puso en alerta. ¡Era ella! 

Tanto la una como la otra, vivieron el encuentro a cámara lenta. Como si en ese mismo instante, el tiempo se paralizara para que las dos pudiesen darse cuenta de que se conocían, como si aquel día, por fuerza del destino, debían encontrarse obligatoriamente. Frenó en seco, un acto reflejo cuando se cruzaron sus miradas, los coches que la seguían de forma tranquila, evitando un choque, comenzaron a pitar, los conductores, enfurecidos y agobiados, sacaban sus cabezas por las ventanillas mientras voceaban palabras... no muy bonitas. Les dio igual.
Aparcó, como era de esperar, de mala manera. Nunca había sido una buena conductora, hay cosas...que nunca cambian...
Ambas se fundieron en un abrazo, cálido para una, frío para otra. Tras las típicas preguntas que se hacen en estos casos cuando llevas tiempo sin encontrarte con una persona, hubo un silencio extraño, y fue ahí cuando observó que algo en su mirada había cambiado. Físicamente seguía igual, era una de las privilegiadas de su generación, que no se había dejado afectar por las arrugas y los estragos típicos de la edad. Se mantenía en buena forma, conservando sus curvas seductoras y esa piel tersa y limpia que siempre la había hecho destacar entre las demás mujeres. Mostró poco su sonrisa, tímida mas bien, y eso la hizo pensar que quizá no se alegrara de verla tanto como ella.
No cesaba en preguntarle cómo le iba la vida, a qué se dedicaba, si tenía hijos, lo normal cuando te alegras de encontrarte con una amiga de la infancia, con una hermana. Ella sin embargo, no se preocupó de preguntar nada, se limitaba a contestar con monosílabos, y la mirada, casi siempre, gacha, evitando encontrarse con sus ojos.
La invitó a tomar un café, rápido, solo para ponerse un poco más al día, pues en breve pasarían a recogerla. Ella rechazó la propuesta, ni si quiera le puso una excusa. Le agarró la mano y se despidió como si de la cajera del super se tratara. La vio adentrarse de nuevo en el coche, no le quitaba ojo, esperando a que se bajara de nuevo y diera algún tipo de explicación a su comportamiento. Nada. Arrancó, y con una mano hizo el gesto del adiós, esbozando una sonrisa que le pareció forzada.
Se quedó varios minutos plantada en el mismo sitio, en una especie de trance alucinógeno que taponaba la realidad de lo ocurrido. El tráfico seguía su camino, las risas de los niños ya habían cesado, y fue el claxon del coche que venía a recogerla lo que la hizo volver a la tierra.

Montada en el coche, mientras veía los árboles pasar por la ventanilla, pensaba en ella, y sintió como un vacío se anclaba en su corazón. Le vino a la mente el día que juraron ser amigas para siempre. Aquel día, en plena adolescencia, habían vivido uno de los mejores días de su vida, o eso pensaban ellas en aquel momento inocente, cuando aún no sabían que les depararía el futuro, estaban tan eufóricas y felices, que dedujeron que si seguían, siempre, la una junto a la otra, siempre tendrían la oportunidad de vivir momentos como ése, e hicieron el juramento de la amistad. Serían amigas para siempre.
Sin darse cuenta, su boca dibujaba una sonrisa, y sus ojos brillaron al sentir una vez más aquel recuerdo tan profundo. La inocencia de dos niñas que miraban hacia el futuro con la mejor voluntad, que planifican sus vidas manteniendo aquella maravillosa amistad que se había forjado a lo largo de los años. Ninguna de las dos barajó la posibilidad de deshacerse de la otra, no podían imaginarse separadas. Entre fantasías estúpidas pasaron su juventud unidas, quebrándose su destino, cuando la madurez llamó a sus puertas, y fue cuando una abrió y la dejó pasar, y la otra, salió y comenzó a seguirla. 


4 comentarios:

  1. Cuanto tiempo has estado alejada del blog, solo espero que estés bien.
    Nos dejas un relato que es muy real en algo difiero, y es que amigas es una cosa y heminas otra. Creo lo que se cuenta y confía a una amiga nada tiene que ver con lo que se le dice a una hermana.
    De todos modos, mientras que leía tu texto, me han venido a la memoria mis amigas de la infancia al igual que lo escrito se solía decir seremos amigas para siempre, nunca fue asi.
    El tiempo nos cambia, evolucionamos la amistad se va perdiendo entre los dedos. Por qué hay algo que es el roce y el contacto diario , si se pierde solo queda los recuerdos.
    Tal vez, una de ellas seguía anclada en el pasado y para ella fue como verla al dia siguiente la otra, evolucionó y sí era su amiga de la infancia, pero el cariño no era tan fuerte.
    Me alegra de leerte, bueno este ha sido mi pequeño resumen a tu texto , me encanto.
    Un beso, espero leerte más a menudo.

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  2. Pasaba a saludar. No te pierdas. Besos

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    Respuestas
    1. Pues...¡Holaaa! jajajaja Tranquila que si me pierdo...es para encontrarme, siempre me encuentro.
      ¡Un beso!

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