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Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

19.9.19

La Igualdad, Les Da Igual

Hemos llegado a un punto en el que las palabras pierden su verdadero significado. Sé que todo tiene que cambiar con el transcurso de los años, al igual que cambia el mundo, cambia la mente del ser humano. El único inconveniente de todo esto es cuando el cambio no soluciona nada, todo lo contrario, empeora la forma de ver el mundo, y gasta el significado de las palabras, haciendo que la gente se confunda a la hora de hablar, y el fundamento del dialogo carezca de sentido al no corresponder a un significado real.
Todos conocemos, independientemente de cada opinión personal, la trayectoria de la mujer en la historia. La mujer, sometida bajo el brazo del hombre, ha obedecido cada norma incluso siendo perjudicial para ella misma. ¿Cuando fue la primera vez que la mujer pudo elegir su profesión? ¿O cuando se le permitió conducir? ¿Votar en unas elecciones? Trabajar fuera de casa y traer dinero al hogar, no era una opción como ahora, estaba prohibido, solo un hombre tenía el derecho y la obligación de trabajar y mantener a su familia, sin embargo, la mujer hacía el trabajo mas duro, cuidar de los hijos, soportar al marido fuese como fuese, y llegase como llegase, e intentar construir una vivienda limpia para habitar en ella.
Ahora todo esto se ve lejano, incrédulo para los mas jóvenes, pero era tan cierto y real como cualquier estilo de vida. 
Sabemos también, que el papel de la mujer quedó en un segundo plano porque la iglesia católica asi lo quiso. Para la iglesia, una buena familia cristiana se compone de un marido trabajador, gana dinero y mantiene a su familia; una mujer casera, tiene muchos hijos porque son el fruto del amor en el matrimonio, que cocine bien, lave bien, y haga que su marido sea feliz. Inculcan estos pensamientos y hábitos de vida en cada momento religioso. En la boda, en el bautismo, en la comunión, incluso, en una época pasada como ésta, en el colegio. Todo regido por la iglesia como doctrina para una vida mejor. Y la mujer en segundo plano, casi siendo invisible, sin poder cumplir sus sueños, sin dar a valer sus cualidades, sin poder decidir en nada, excepto en banalidades y siempre consentidas por los hombres. 
Dejando aparte el papel de la iglesia en nuestras vidas, solo por el momento, algún día les dedicare todo un apartado, me gustaría lanzar una pregunta al aire, ¿Cuantos no habéis pensando, mientras leíais, que mis palabras eran feministas? Tranquilos, es absolutamente comprensible que penséis de dicha forma, al fin y al cabo, en mis palabras convierto a la mujer en una mártir, culpando lo externo que la rodea, sin adentrarme en la falta de lucha.
Aquí es a donde quiero llegar. 
Sí, es cierto que aliento el sufrimiento de la mujer, pero no para acusar al hombre. Tampoco intento trasmitir una rebelión para que las mujeres superen a los hombres. Nada de eso. Quiero que todos comprendan el significado de la igualdad.
La misma palabra lo define. Igualdad entre hombres y mujeres, que ambos tengamos los mismos derechos  y obligaciones sin tener en cuenta el sexo ni el género, que todos seamos lo que somos, personas.
¿Porque esa insistencia en marcar las diferencias entre hombres y mujeres? ¿Acaso todos los hombres son iguales? ¿Es que todas las mujeres se comportan igual? No, la respuesta es no para ambas preguntas. Si en el mismo género masculino hay diferencias, es decir, no a todos los hombres se les da bien el fútbol, ni trabajar en una obra, ni conducir, hay hombres que destacan en las labores del hogar, cocinando, maquillando, etc. Y por el otro lado, en el género femenino ocurre exactamente igual, ¿Quien dice que los hombres y las mujeres son diferentes? Pues claro que lo son, todos somos diferentes los unos de los otros, porque como he dicho antes, somo personas. 
Personas con rasgos físicos distintos, con cualidades diversas, con gustos heterogéneos, no prevalece el sexo, sino la capacidad de cada uno.
En la actualidad, la mujer ha tomado un papel importante, casi se asemeja a la libertad del hombre, aunque todavía nos falta mucho por lograr, pero ya tenemos nuestro lugar en el mundo, como personas, y no como mujeres. 
Todas esas mujeres que luchan por una igualdad, atentas, no perder el objetivo de la lucha, siempre debe de ser por la igualdad de condiciones, no debemos dejarnos arrastrar por la venganza de un pasado que no soluciona nada. Si comenzamos a exigir mas de lo que a los hombres les pertenece, estaremos luchando para vencer algo en lo que nos hemos convertido. Es decir, si hacemos viral el feminismo o el hembrismo, daremos paso a la existencia del machismo, y será una guerra que jamás acabará. Si realmente queremos igualdad, debemos ceñirnos a eso, todos los seres humanos por igual, apartando de una vez por todas esa estúpida rivalidad entre mujeres y hombres.
Es que es absurdo, el hombre viene de una mujer, y la mujer viene de un hombre, es la unión de ambos lo que provoca el nacimiento de una nueva vida, una persona mas para el mundo, ¿Que tontería es esa de ser superior a los hombres, o de quedar por encima de la mujer? Basta ya de contradicciones molestas que impiden que el mundo avance sano y leal, las disputas son válidas cuando se respeta al contrario, y no cuando se le ofende o ridiculiza.
Creo en la igualdad de las personas, aborrezco el feminismo y el machismo, porque tanto los ideales de unos y de otros contrarrestan la condición del ser humano. Personas, luchemos por una igualdad inmortal, hagamos un parón en la historia, y demostremos que la diferencia te hace mas fuerte si todos estamos unidos, si todos nos respetamos evadiendo tópicos y aceptando una tolerancia educada.
Algunos pensarán que es muy difícil cambiar este pensamiento, y que siempre existirá el martirio de ser mujer u hombre. No les quito razón. Pero poco a poco podemos cambiarlo, principalmente en la forma del lenguaje.
Por ejemplo, evitemos decir: Mujer tenía que ser; Todos los hombres son iguales. Dos frases muy típicas, entre tantas otras, que todos hemos dicho alguna vez en la vida. Pues intentemos no decirlo, así no fomentaremos la desigualdad, aunque sea de broma, se convierte en un asunto serio porque inconscientemente damos pie a una ofensa.
Cuantos mas comencemos a hablar con propiedad y dirigirnos a las personas, como a personas, antes dejará de existir esta guerra incoherente entre ambos sexos.
Por último, vuelvo a lo escrito antes, que una persona apoye la igualdad, no significa que sea feminista, ni que este a favor de todos los ideales feministas, simplemente apoya y defiende la igualdad, sin tener que posicionarse en un bando u en otro, porque amigos, como todo en la vida, no solo hay dos opciones, si miras desde otra perspectiva encontrarás opciones ocultas y desconocidas que antes desde la posición equivocada no veías. 
Busca siempre otra forma de ver las cosas, no te quedes con lo que te ofrecen, ese es uno de los privilegios del ser humano, el poder pensar por nosotros mismos.