La Igualdad, Les Da Igual

Hemos llegado a un punto en el que las palabras pierden su verdadero significado. Sé que todo tiene que cambiar con el transcurso de los años, al igual que cambia el mundo, cambia la mente del ser humano. El único inconveniente de todo esto es cuando el cambio no soluciona nada, todo lo contrario, empeora la forma de ver el mundo, y gasta el significado de las palabras, haciendo que la gente se confunda a la hora de hablar, y el fundamento del dialogo carezca de sentido al no corresponder a un significado real.

Todos conocemos, independientemente de cada opinión personal, la trayectoria de la mujer en la historia. La mujer, sometida bajo el brazo del hombre, ha obedecido cada norma incluso siendo perjudicial para ella misma. ¿Cuando fue la primera vez que la mujer pudo elegir su profesión? ¿O cuando se le permitió conducir? ¿Votar en unas elecciones? Trabajar fuera de casa y traer dinero al hogar, no era una opción como ahora, estaba prohibido, solo un hombre tenía el derecho y la obligación de trabajar y mantener a su familia, sin embargo, la mujer hacía el trabajo mas duro, cuidar de los hijos, soportar al marido fuese como fuese, y llegase como llegase, e intentar construir una vivienda limpia para habitar en ella.

Ahora todo esto se ve lejano, incrédulo para los mas jóvenes, pero era tan cierto y real como cualquier estilo de vida. 

Sabemos también, que el papel de la mujer quedó en un segundo plano porque la iglesia católica asi lo quiso. Para la iglesia, una buena familia cristiana se compone de un marido trabajador, gana dinero y mantiene a su familia; una mujer casera, tiene muchos hijos porque son el fruto del amor en el matrimonio, que cocine bien, lave bien, y haga que su marido sea feliz. Inculcan estos pensamientos y hábitos de vida en cada momento religioso. En la boda, en el bautismo, en la comunión, incluso, en una época pasada como ésta, en el colegio. Todo regido por la iglesia como doctrina para una vida mejor. Y la mujer en segundo plano, casi siendo invisible, sin poder cumplir sus sueños, sin dar a valer sus cualidades, sin poder decidir en nada, excepto en banalidades y siempre consentidas por los hombres. 

Dejando aparte el papel de la iglesia en nuestras vidas, solo por el momento, algún día les dedicare todo un apartado, me gustaría lanzar una pregunta al aire, ¿Cuantos no habéis pensando, mientras leíais, que mis palabras eran feministas? Tranquilos, es absolutamente comprensible que penséis de dicha forma, al fin y al cabo, en mis palabras convierto a la mujer en una mártir, culpando lo externo que la rodea, sin adentrarme en la falta de lucha.

Aquí es a donde quiero llegar. 

Sí, es cierto que aliento el sufrimiento de la mujer, pero no para acusar al hombre. Tampoco intento trasmitir una rebelión para que las mujeres superen a los hombres. Nada de eso. Quiero que todos comprendan el significado de la igualdad.

La misma palabra lo define. Igualdad entre hombres y mujeres, que ambos tengamos los mismos derechos  y obligaciones sin tener en cuenta el sexo ni el género, que todos seamos lo que somos, personas.

¿Porque esa insistencia en marcar las diferencias entre hombres y mujeres? ¿Acaso todos los hombres son iguales? ¿Es que todas las mujeres se comportan igual? No, la respuesta es no para ambas preguntas. Si en el mismo género masculino hay diferencias, es decir, no a todos los hombres se les da bien el fútbol, ni trabajar en una obra, ni conducir, hay hombres que destacan en las labores del hogar, cocinando, maquillando, etc. Y por el otro lado, en el género femenino ocurre exactamente igual, ¿Quien dice que los hombres y las mujeres son diferentes? Pues claro que lo son, todos somos diferentes los unos de los otros, porque como he dicho antes, somo personas. 

Personas con rasgos físicos distintos, con cualidades diversas, con gustos heterogéneos, no prevalece el sexo, sino la capacidad de cada uno.

En la actualidad, la mujer ha tomado un papel importante, casi se asemeja a la libertad del hombre, aunque todavía nos falta mucho por lograr, pero ya tenemos nuestro lugar en el mundo, como personas, y no como mujeres. 

Todas esas mujeres que luchan por una igualdad, atentas, no perder el objetivo de la lucha, siempre debe de ser por la igualdad de condiciones, no debemos dejarnos arrastrar por la venganza de un pasado que no soluciona nada. Si comenzamos a exigir mas de lo que a los hombres les pertenece, estaremos luchando para vencer algo en lo que nos hemos convertido. Es decir, si hacemos viral el feminismo o el hembrismo, daremos paso a la existencia del machismo, y será una guerra que jamás acabará. Si realmente queremos igualdad, debemos ceñirnos a eso, todos los seres humanos por igual, apartando de una vez por todas esa estúpida rivalidad entre mujeres y hombres.

Es que es absurdo, el hombre viene de una mujer, y la mujer viene de un hombre, es la unión de ambos lo que provoca el nacimiento de una nueva vida, una persona mas para el mundo, ¿Que tontería es esa de ser superior a los hombres, o de quedar por encima de la mujer? Basta ya de contradicciones molestas que impiden que el mundo avance sano y leal, las disputas son válidas cuando se respeta al contrario, y no cuando se le ofende o ridiculiza.

Creo en la igualdad de las personas, aborrezco el feminismo y el machismo, porque tanto los ideales de unos y de otros contrarrestan la condición del ser humano. Personas, luchemos por una igualdad inmortal, hagamos un parón en la historia, y demostremos que la diferencia te hace mas fuerte si todos estamos unidos, si todos nos respetamos evadiendo tópicos y aceptando una tolerancia educada.

Algunos pensarán que es muy difícil cambiar este pensamiento, y que siempre existirá el martirio de ser mujer u hombre. No les quito razón. Pero poco a poco podemos cambiarlo, principalmente en la forma del lenguaje.

Por ejemplo, evitemos decir: Mujer tenía que ser; Todos los hombres son iguales. Dos frases muy típicas, entre tantas otras, que todos hemos dicho alguna vez en la vida. Pues intentemos no decirlo, así no fomentaremos la desigualdad, aunque sea de broma, se convierte en un asunto serio porque inconscientemente damos pie a una ofensa.

Cuantos mas comencemos a hablar con propiedad y dirigirnos a las personas, como a personas, antes dejará de existir esta guerra incoherente entre ambos sexos.

Por último, vuelvo a lo escrito antes, que una persona apoye la igualdad, no significa que sea feminista, ni que este a favor de todos los ideales feministas, simplemente apoya y defiende la igualdad, sin tener que posicionarse en un bando u en otro, porque amigos, como todo en la vida, no solo hay dos opciones, si miras desde otra perspectiva encontrarás opciones ocultas y desconocidas que antes desde la posición equivocada no veías. 

Busca siempre otra forma de ver las cosas, no te quedes con lo que te ofrecen, ese es uno de los privilegios del ser humano, el poder pensar por nosotros mismos.

   

Sistema

SISTEMA: Conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados entre sí.

¿Equivale esta definición al mismo significado que le damos en la práctica?

Cuando hablo del sistema, me refiero a las normas y pautas que debemos seguir los ciudadanos a la hora de integrarnos en la sociedad. Es decir, el sistema nos impone tener un trabajo, entre otras muchas cosas, para poder vivir como personas civilizadas, o como me gusta llamarlo a mi, personas sometidas. Pero, este conjunto de normas, ¿están realmente enlazadas racionalmente entre sí como nos explica la definición anterior?

Piensen un momento antes de contestar a la ligera. Valoren todos los aspectos de su vida cotidiana, y luego comparen su forma de vivir con la que nos impone el sistema. Una vez hecho esto, es hora de contestar a la pregunta que os he propuesto.

Hablando desde mi opinión personal, he de decir, que el sistema no tiene nada de racional, mas bien es contradictorio. ¿Por qué? Pues porque si el sistema se desarrolló para civilizar a las personas, para que todos podamos convivir sin un caos descontrolado, para que cada uno no tome las normas a su manera y tenga la libertad de vivir su vida como quiera, para controlarnos y dirigirnos supuestamente, a un mundo mejor; entonces, el sistema obliga a personas totalmente diferentes entre sí, a seguir unas normativas en común. Si todos somos diferentes, pensamos diferentes y sentimos diferentes, ¿De dónde sacan ese sistema en común? O quizá, no encontraron nada en común y decidieron exigir un comportamiento obligatorio para obtener el derecho de entrar en la sociedad.

Pudiendo hablar de muchos otros factores del sistema, quiero centrarme principalmente en el trabajo, ya que todos lo necesitamos para poder abastecernos.

Hay personas que tienen la suerte de trabajar en lo que les gusta, disfrutan trabajando y este acto los llena favorablemente, pero ¿Qué me decís de aquellos que se ven obligados a trabajar de algo que no les conmueve o que no les hace felices? ¿Tienen opción de elegir? Para nada, trabajan porque necesitan dinero para poder sobrevivir, ya que en esta vida, por lo visto, el dinero es necesario para todo, bueno, es necesario para todo lo que nos impone la sociedad, no para poder vivir. El dinero no es necesario cuando se está enamorado, o para poder divertirse, o para poder pensar, acciones naturales del hombre que nacieron junto al ser humano mucho antes de que se inventara el dinero, pero que ahora, es fundamentalmente importante para poder ser quien uno quiera ser.

Es lógico que tengamos que trabajar, no estoy fomentando la pereza o la inutilidad, pero porqué tenemos que sucumbir a la obligación de un trabajo que no nos aporta nada a nuestra vida diaria, solo dinero.

Empecemos por el principio. Para ser una persona de provecho, lo natural es tener casa propia, entre otros bienes propios, poder ser autosuficientes pagando con nuestro esfuerzo laboral y nuestro tiempo a cambio de posesiones. Esta bien, hasta aquí, medianamente estoy de acuerdo, pero ¿No dice la constitución que todo ciudadano tiene derecho a una vivienda digna? Si tenemos ese derecho, que sentido tiene que debamos trabajar para conseguirlo, entonces no es un derecho, es una recompensa, quien no trabaja y no gana dinero, no puede permitirse comprar una casa, es decir, la constitución nos garantiza un derecho que el sistema corrompe y distorsiona.

La persona que no trabaje, o la que trabaja pero su sueldo no le permite comprar o alquilar una casa, ¿Pierde el derecho a entrar en el sistema? No le encuentro mucho sentido a esto, y me da por pensar, o que las normas están hechas para gente de bien, o que nos hemos vuelto medio tontos y no queremos ver lo que esta pasando realmente.

Trabajo desde hace 14 años en el sector de hostelería, no porque sea el sueño de mi vida, ni porque disfrute haciendo un papel de cara a personas que no me enseñan nada, sino porque es el trabajo mas fácil de conseguir para poder ganar dinero y con ello disfrutar de mi independencia económica. Trabajo en hostelería porque me lo impone el sistema, ya que como a mi me gustaría ganarme la vida ahora mismo se aleja de mis posibilidades, y vuelvo a entrar en la misma espiral. Para cumplir mi sueño, necesito dinero, y como no puedo obtenerlo de la forma que quiero, tengo que buscar otra alternativa, que sí, me aporta un bienestar económico para seguir tirando hacia delante, pero me hace infeliz. Me veo obligada a trabajar en algo que no me gusta, y poco a poco va destrozando mi vitalidad, mis ganas de comerme el mundo. ¿He elegido yo esta forma de vida? Pues por un lado si, porque perfectamente podría intentar trabajar de otra cosa que no alterara mi ser, pero por otro lado no, mirándolo desde otra perspectiva un poco mas libre, no creo que yo haya elegido vivir así, creo que he ido amoldándome a lo que la sociedad iba marcándome y al final me he visto hundida en una fosa sin sentido alguno. Tengo trabajo, puedo pagar mis facturas, pero no soy feliz. ¿Valoro mas el dinero que la felicidad? ¿Opto por dejarme llevar por una corriente que no he elegido yo y abandono la idea de cumplir mis sueños y metas? Es un poco injusto ¿No creéis? Vivir mi vida, que es solo mía y por consiguiente solo yo tendría derecho a elegir sobre ella, según unas normas que me impusieron al nacer, porque al llegar a este mundo ya estaba dirigido el camino de mi vida, sin darme la opción de poder pensar libremente o actuar bajo mi responsabilidad. Yo no voté un sistema así, no lo elegí, y sin embargo, me veo obligada a seguirlo, porque si no, ¿Qué me queda? ¿Ser una indigente? ¿Crear mi propia comuna con unas normas adecuadas para mi persona y para aquellas mentes que se dignen a seguirme? ¿Qué me queda? Nada, no me queda nada a lo que aferrarme para ser feliz, porque me enseñan que el dinero es la felicidad, me imparten una disciplina donde los bienes materiales son mas pesados que los bienes sentimentales, me corrigen en valorar mi tiempo, indicándome que el tiempo mejor aprovechado es el que malgasto en lugares y en personas que no he elegido con gusto, si no por no tener otro remedio; mi tiempo no lo puedo disfrutar a mi antojo efectuando acciones acordes para mi, porque a eso lo llaman perder el tiempo.

Trabajar 12 horas, cotizando 4 y cobrando 2, es hacer algo en la vida, es no ser una vaga, es no querer vivir de los demás, es ser una buena ciudadana, que acepta un modo de vida común. Sí, muy coherente el sistema. En conclusión, me tengo que matar a trabajar no para conseguir lo que realmente deseo, sino para complacer un modo de vida que no esta hecha a mi medida.

Todo esta basado en unas normas estúpidas, que no tienen en cuenta las necesidades o gustos de cada persona. Hasta la muerte esta obligada a ser tratada de una manera imparcial. ¿Por qué si muero tengo que ser enterrada en un cementerio, o por el contrario, si elijo ser quemada es ilegal esparcir mis cenizas por cualquier lugar que me plazca? ¿Por qué es obligatorio que me lleven a un tanatorio? Estoy muerta joder, ¿De que me sirve ahora que mis familiares lloren por mi en un lugar que no me define? Estaría mejor en un playa, y mis seres queridos que me lloren en casa, ¿Por qué tenemos que hacer un espectáculo de todo? ¿Y si yo quiero que me entierren en el jardín de mi casa? También serán los dueños de mi muerte. No nacimos en un mundo libre, y moriremos en el mismo mundo controlado, dándome a entender que mi opinión no vale para nada, porque las normas están todas escritas, y no soy nadie para cambiar nada. Que triste es la realidad, nos engañan diciendo que somos libres para elegir nuestro destino, pero no nos cuentan que detrás de nuestras decisiones existen unos hilos manejados por nuestra ignorancia, y aunque queramos cortar dichos hilos, las tijeras que nos proporcionan nos las dan las mismas manos que nos mueven como títeres.

Pienso que el sistema se ha quedado anticuado, que la mente humana avanza pero no las normas que la rigen. Pienso que quieren tenernos tan controlados que se olvidan de escuchar nuestras propuestas. Gritamos a la felicidad que venga a rescatarnos, pero lo hacemos por señas y dejamos que nuestra voz la pongan otros. Nos hemos acostumbrado a pensar con una programación determinada, como si fuésemos ordenadores, y nuestra mente olvidó volar hacia el lugar adecuado, estrellándose con una forma de vida magullada por el poder.

Todo esta mal. Esta mal como nos enseñan a vivir, esta mal como aprovechamos el tiempo, esta mal la educación con la que nos intentan instruir, esta mal tirarnos de cabeza a una piscina llena de consumismo, esta mal navegar por un mar de pirañas corruptas, esta mal cruzar un desierto con arena falsa, esta mal dejar que una lluvia de mentiras riegue nuestras cosechas de ideas, esta mal la información cotidiana con la que nos intentan fomentar el deseo, esta mal escalar con esfuerzo una montaña para llegar a la cima y observar que el abismo no existe, esta mal soñar despiertos en lugar de vivir los sueños, esta mal condenar la justicia con injustas decisiones, esta mal luchar contra uno mismo en vez de aprender de los errores, esta mal correr hacia el futuro sin apenas coger aire del pasado, esta mal aprender a ser solidarios y empáticos con una enseñanza egoísta, esta mal construir valores perfectos para unas acciones imperfectas, esta mal que creamos en lo que no vemos y miremos para otro lado cuando la realidad tiene fe en nosotros, todo esta mal, y es hora que reorganicemos nuestras mentes para empezar a hacer las cosas bien.

¿Qué solución puedo aportar aunque no sea escuchada ni valorada? Pues una solución bastante utópica, incluso divertida para aquellos que me llamen loca, pero aún así me encantará compartirla con vosotros.

Por un sistema mejor:

EN LA EDUCACIÓN: Reestablecer las asignaturas que se imparten en los colegios, basándome fundamentalmente en las necesidades de cada niño. Lengua, Matemáticas y Ciencias Naturales, son las básicas, pero habría que detallar qué enseñar con mas minuciosidad, asignaturas que están desaprovechadas, ya que todo lo que se aprende de ellas es teórico y creo que se pueden sacar mas partido de ellas, utilizándolas mas para la vida que les espera a esos niños cuando se conviertan en adultos, y no haciéndoles memorizar apartados que olvidaran en unos días. Luego, incorporaría asignaturas basadas en los talentos extraescolares, como la pintura, el deporte, la música, el baile, también los relacionados con la ciencia, evidentemente. Me he fijado que cada niño posee una o varias actividades escolares, cobradas aparte claro esta, y pienso que si la educación impartiera dichas actividades como asignaturas, lo mismo cada niño tendría mas claro que querría ser de mayor, y podría instruir su talento desde pequeño, para así poder dedicarse de adulto al trabajo mas adecuado para él, una forma de ganarse la vida a la misma vez que cumple su sueño. Trabajas y disfrutas, ¿No es mejor trabajar así? Por supuesto, toda la educación gratuita, eso debería correr por cuenta del estado, ya que es una inversión para un futuro mejor.

EN EL TRABAJO: Una vez se llega a la etapa adulta, todo debería de ser más fácil, ya que una vez que creces la vida te aporta nuevas trabas y tienes que aprender a resolverlas lo mejor que puedas, el trabajo debería de ser un aliciente, y no una obligación. Si todos tuviésemos una paga universal, el mundo marcharía. Una paga no muy alta, la cual te permitiera vivir sin excesos, solo con lo básico, y el que quisiera poseer mas dinero, pues que trabajara. Algo lógico. El estado te proporciona lo fundamental, una casa y una paga, pero si quieres tirarte al consumismo, gánatelo, el dinero es un capricho y como todo capricho debes trabajar duro para conseguirlo, así todo el que quisiera tener mas que los demás, podría trabajar para marcar la diferencia de clases, y el que se conforme con lo básico no pierde nada, pues cada uno acondiciona su felicidad según los valores que quiera darle. Funcionaría, pues seguiría existiendo la clase media y la clase alta, con la única diferencia de que la clase media no correría el riesgo a ser clase baja, y no se ahogaría a la hora de pagar impuestos, y lo mas importante, todos seríamos felices.

A partir de estas dos ideas, fluirían las demás, o se acondicionarían, siempre intentando hacer feliz al ciudadano, restituyendo las obligaciones por recompensas y ventajas, porque si el pueblo esta oprimido, el rendimiento en todo baja, y aumenta la infelicidad, y soy de las que piensan que el ser humano nació para ser feliz, no para sufrir, porque la vida es maravillosa solo hay que intentar aprender a vivirla. Bastantes preocupaciones o preguntas sin respuestas nos ofrece, como para que también nosotros, los humanos, la compliquemos con el dinero, la corrupción, la inestabilidad y la incomprensión. Todos somos seres vivos, y si los animales viven en armonía y sin ser corrompidos, ¿Por qué no va a poder el hombre igualar esa magnífica convivencia con la tierra si es mas inteligente que un animal? Convirtamos el sistema que tenemos en la definición que proporcioné al principio, hagámoslo como una ayuda para el hombre y no como una obstrucción para avanzar. Vivamos mirando hacia la madre tierra, que al fin y al cabo estamos en su casa, y dejemos un poco a un lado tanto dinero, engaño y malestar común, si todos nos ayudamos, todos viviremos mejor.

Vamos a perder la virginidad

Como toda primera vez, estoy nerviosa, acelerada y confusa. No, no penséis mal, nadie va a perder la virginidad aquí hoy, nada mas que yo, y me refería a ser bloggera, por desgracia mi virginidad la perdí hace muchísimos años, y ojala hubiese sido tan fácil e indoloro como ésto.

Al ser la primera entrada que escribo, voy a ser muy light, apenas escribiré nada, simplemente me pruebo a mi misma, y a ver como marcha esto. Pero os aseguro, que cuando tenga un poco mas de tiempo, esto va a ser una puta locura, porque no me pienso callar nada.

Mi principal objetivo es hablar de todo y de todos, sin tabus, sin engaños, y siempre bajo mi opinión, intentaré no implantar mi punto de vista aunque a veces me entren ganas. Solo quiero, o deseo, que cualquiera que lea esto, lo disfrute, se ría, llore, o se cague en mis muertos, pero que reaccione, no hay otra cosa en el mundo que me gusta más que hacer sentir a las personas, y esa es mi principal meta, haceros vibrar.
Que lo mismo esto no lo lee nadie y solo me hago vibrar a mi...

Escriba lo que escriba, espero no ofender a nadie, aunque ya me veo venir las cosas, porque sinceramente, cuando estoy enfadada suelo hacer daño con palabras, no se si intencionadamente o inconscientemente, el caso es que hago daño, aunque eso me sirva de desahogo, ¿Es egoísta? Pues sí, para que nos vamos a engañar, pero la verdad es que a estas alturas de mi vida, me da igual ser egoísta o no, al fin y al cabo, todos van mirando su ombliguito, y no es que me considere que tengo que ser como todos, pero si creo que tengo que mirar un poco mas por mi misma, así que, lo dicho, si soy egoísta y ofendo a alguien, es lo que hay, no leerme y punto.

Aquí acaba esta primera vez, corta, intensa y rápida, y seguramente en algunos años casi ni me acordaré de ella, pero bueno, así son las primeras veces ¿No?