Libertad de expresión

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Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

1.10.20

Quiero Ser Libre y Llamarte Libertad



Y ella, acongojada por el amor que residía en su interior, queriendo desafiar a los tabúes de sus propios miedos, agarró su mano, sometiéndose al temblor de sus pulsaciones, y sin coger apenas aire para no darle opción a la boca de pensar las palabras, comenzó su monólogo, dejando que sus ojos guiasen los renglones de una carta que jamás se atrevió a escribir.


"Quiero ver mundo contigo. El mundo que tanto criticamos. Que tanto nos sorprende. El mundo que nos ilusiona y desilusiona a la vez.
Nuestro mundo.
Quiero que hablemos con sabiduría, con certeza, sin miedo al don de la palabra.
Quiero vivir la vida contigo, y que la vida, nos enseñe a vivir sin soltarnos de la mano. Que conectemos entre nosotros hasta llegar a un nivel desconocido por la mente humana, y así, alcanzaremos una verdad tan absoluta y desconcertada, que podremos desconectar de lo que nos rodea, y quedarnos solos tú y yo.
Quiero que las horas nos obliguen a despedirnos y que el mañana se convierta en hoy. Que la debilidad y la cobardía que se burló de nosotros, nos miren desde lejos y aprendan de nuestro amor. Quiero ser libre y llamarte libertad, construir unos pilares tan flexibles que jamás se rompan. Que cada noche la confianza sea nuestra oración.
Te quiero a ti.
No quiero borrar el dolor y el sufrimiento que se arrastran tras nuestras sombras, pues el pasado se convertirá en nuestra doctrina, formando un futuro plagado de aprendizaje y sueños por cumplir. No quiero olvidar a las lágrimas secas de mi piel, ellas nos han hecho más fuertes. Ni tampoco quiero enterrar a los recuerdos amargos en una cajita de cartón, bajo una tierra seca que impida crecer vida, para ser olvidados. No. 
Dicen que lo único certero en la vida, es la muerte, y ahora sé, que también es amarte."


Él se derretía, igual de rápido que se derrite el hielo al caerle agua, sin embargo, jamás se había sentido tan entero, tan compacto.
Aquellas palabras, sonoras en el aire como música celestial, labraban un futuro en su corazón, una esperanza extinguida por el transcurso del tiempo, y que ahora, parecía haber estado enquistada bajo su alma desde que nació.
Y ese aura negra, que tanto tiempo los había envuelto, se evaporó. Sus dedos entrelazados, sus labios unidos, y sus corazones exentos de rencor. 
Despojados de un torbellino de reproches e inmadurez sentenciada, subieron un peldaño más en la escalera de la relación, sin mirar atrás, sin mirar adelante, fijando sus miradas exclusivamente en el otro, para no volverse a perder.