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Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

SIEMPRE SERÉ TUYA

Me levanto de la cama, aún puedo notar el temblor en mi cuerpo, pero el ansia de ser libre me aporta la fuerza suficiente para llegar a la otra habitación.
Lo miro desde la puerta, con esa mirada de desprecio que ya sale sola, sin esfuerzo, sin pensar. Él duerme, tranquilo, sosegado, agotado de calmar su ira contra mi. Él descansa esperando al mañana, dónde con un simple perdón querrá solucionar todo lo que ha causado.
Lo observo desde mi seguridad, porque se que duerme. Lo observo afligida sin remedio alguno, y no veo al hombre del que me enamoré.
Un hombre que con su encanto, me elevaba hasta el infinito de la felicidad, un hombre que me cuidaba y protegía como si yo fuese un tesoro único, al menos eso me decía él. Un hombre que me besaba y acariciaba como si fuese de cristal, con dulzura y tacto fino, dejaba caer sus dedos por mi piel. Mi hombre.
Ahora, mientras intento mantener mis piernas firmes agarrándome al marco de la puerta, escucho su respiración y contengo mis ganas efímeras de abrazarlo, sentirlo de nuevo como lo que fue en su día, mi hombre.
El dolor de mis mejillas me recuerda el porqué estoy en la puerta y no a su lado, y mis lágrimas envejecidas me hacen salir de allí, quizá para buscar consuelo en la soledad, o quizá para sentirme fuerte por poder alejarme de él, al menos cuando está dormido.
Sentada en el sillón, a oscuras, lloro una vez más, lloro sola, en silencio, controlando los gemidos de mis sollozos, no debo despertarlo, no puede saber que lloro, se enfadará, y todo volverá a ser culpa mía.
Me abrazo con cuidado, las marcas son recientes y no quiero hacerme más daño. Necesito ese abrazo, es la única forma de sentirme viva.
Un ronquido sordo a través de la pared corta mi llanto, inconscientemente, mi cuerpo comienza a temblar y teme, teme aunque esa sea ahora su forma de vida.
¿Qué hice incorrecto para que todo cambiara? ¿Cuándo causé el mal que ahora me hace pagar sin descanso alguno? ¿Dónde se fue el amor que residía en sus ojos?
Los gritos, los insultos, el desprecio, todo se vuelve normal.
"Las parejas discuten mi amor" "Un matrimonio debe pasar por diferentes etapas cariño" "¿No pensarás salir con esas pintas?" "¿Quién te va a querer como yo?" "¿Quién va a soportar todos tus defectos?"
Palabras resonantes y perturbadoras en mi cabeza, me atormentan hasta dejarme sin neuronas activas, que no se dejen manipular.
Deseo que seamos felices, volver a ser todo para él. Cambiaré más si es necesario, sucumbiré a cualquier deseo que pronuncien sus labios, cuanto pida se lo ofreceré, pero por favor, que cesen los golpes.
Soy tuya, soy tuya, siempre...seré tuya.

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