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Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

7.1.24

Siete De Enero

 
Feliz Navidad  Falsedad

Ya que la Navidad, junto con todo lo que abarca, es un tópico, ¡Qué digo tópico! TOPICAZO. Pues no he visto mejor forma de comenzar este post que con otro de los topicazos más dichos en estas fechas: Feliz Falsedad. Siempre me he preguntado si la gente que dice esta frase es porque realmente siente que la Navidad es una farsa, o la dicen en modo de broma por llevar un poco la contraria a lo que llaman la felicidad en estos días. Me queda la opción de preguntar, pero luego pienso: si no se dicen la verdad a ellos mismos, ¿Cómo me la van a decir a mi? Acabarían por pronunciar las palabras que mis oídos quieren escuchar...
Yo, como bloguera aburrida que soy, si voy a argumentar el Por qué  pienso y siento que la Navidad es una farsa.
La Navidad, como todo el mundo sabe, es una celebración religiosa donde se festeja, principalmente, el nacimiento del niño Jesús, es decir, Cristo. Dando por hecho que todos conocemos la historia de la señora Virgen y su alumbramiento, obviemos esta parte más que popular entre las masas, aunque recurramos a parte de la historia para argumentar dicho pensamiento.
La primera falsedad con la que me topo nada más pensar en el tema, es que, realmente, dicha celebración religiosa es austera. Es decir, carente de lujos y derroches, ya que el bebesito, proviene y nace en una familia pobre, en un lugar más pobre aún, y rodeado de más pobreza y miseria. Sin embargo, nosotros, en la actualidad, desde hace bastantes años hasta aquí, no dejamos de celebrarla con lujos y gastos innecesarios, con una pomposidad extravagante y desorbitada que cada vez, mi mente, resuelve con más complicación. Adornos excesivos en ventanas y balcones, que cuando vas a dar una vuelta por cualquiera de los barrios de tu zona, incluso es conveniente pasar con gafas de protección avanzada si no quieres correr el riesgo de quedarte ciego. Regalos carísimos y superficiales, y en alguna que otra ocasión impuestos y obligados, que no demuestran nada hacia las personas a quienes van dirigidos. Cenas y comidas abundantes y devastadoras, que crean un ambiente cuantioso y barroco sobre los alimentos en sí. Alimentos, que en cierta forma, no suelen comerse durante todo el año, y mucho menos en cantidades tan pletóricas, quizá por la valía económica, o quizá, y yo lo desconozco, porque solo este permitido en estas fechas. Y si nos adentramos y acercamos un poco más a la actualidad, también debemos nombrar la especie de competición que se ha creado en las redes sociales de a ver quién sube la foto de la mesa con más comida, cara y apetitosa, del año. Si no hay foto de la mesa de noche buena o de fin de año, es como si no hubieses celebrado la navidad. O algo así.
Bien, ahora cojamos todo esto que acabo de soltar, lo convertimos en una especia de diagrama, y lo colocamos justo al lado de lo que es la Navidad realmente. ¿Tienen algo que ver? Si me piden que encuentre las similitudes, puede que me lleve días, o incluso semanas, encontrar alguna. Sin embargo, si jugásemos al juego de encontrar las siete diferencias, pues me sobran treinta y cinco.
Para dejar amarrada una parte de la conclusión de este pensamiento, dejaré escrito, que, en definitiva, la Navidad, que trae luz, amor y paz, donde se valora el tiempo en familia y los seres queridos, donde la bondad habita en cada casa y en cada corazón, y lo verdaderamente importante es ser buenas personas y tratar a los demás de la mejor manera. Se ha convertido, bueno...vamos a hablar con propiedad, la hemos convertido, en un conjunto de dinero mal gastado con personas a las que no vemos durante todo el año y a las que debemos de apreciar y admirar durante el tiempo estipulado que marca esta fecha. Cuanto más gasto se aprecie, y más gente haya a tu alrededor, más Navidad es.
Mientras tanto, en la realidad, fuera de esta película de Tim Burton que nos hemos creado sin querer, o queriendo, (ya no se que pensar) las guerras siguen, la necesidad sigue, los precios siguen subiendo, todo sigue...todo lo que cada día en el mundo sigue su curso, en Navidad, también.
¡Pero
No importa porque es Navidad, y la Navidad, es alegría.
¿Alegría? Pregúntale a esa persona que lleva ingresada en el hospital dos meses, o a esa otra persona que perdió un ser querido, o a esa otra que está sol@ y no tiene con quién y con qué festejar nada, y etc, etc, etc...La Navidad lo único que hace y aporta a dichos sujetos, es recordarles lo injusta y mierda que es la vida, bueno la vida no, la forma en la que vive la sociedad. Haciéndolos sentir más sol@ que nunca, y recordándoles constantemente durante este período navideño, que sus vidas no valen igual que la de los demás. Y sin querer, se ven marginados por una sociedad y una festividad, que supuestamente reivindica el amor, la generosidad, la paz... y dónde la humanidad, en estas dichosas fiestas, debería de insertarles, y no hacerlos sentir más apartad@s y desdichad@s que en todo el año. Quién si no dice esta frase: ¡Que ganas tengo de cerrar los ojos y que sea ya siete de enero! Pues aunque sea una de las frases más dichas, también, en estas fechas, realmente las personas que las pronuncian...odian la Navidad, pero por no sentirse excluidos, por no ofender a nadie, o simplemente por costumbre de tantos años aguantando la misma farsa, pues acaban colmando sus mesas de gastos innecesarios, vaciando sus bolsillos de un dinero que no tienen, y sonriendo y actuando con personas que están deseando quitarse de la vista. Sí. Todo esto es la Navidad.


Segunda Falsedad que aprecio, centrándome un poco más en las personas, aunque ya hemos nombrado algunos de los inconvenientes, me gustaría enfocarme un gradito más.
Si algo he aprendido desde que tengo uso de razón sobre las personas, es que somos inconformistas y contradictorios por naturaleza. No obstante, si todo fuese bien, es decir, si tomásemos una educación adecuada, aprendiésemos de nuestros errores, intentásemos conocernos mejor a nosotros mismos y lográsemos dar la verdadera importancia a los valores fundamentales, quizá, solo entonces, esa inconformidad y contrariedad quedarían reducidas hasta el punto de desaparecer, y por consiguiente, conseguiríamos vivir en una estupenda armonía con la tierra, con la humanidad y con nosotros mismos. Dicho en otras palabras, vivir en una Utopía.
La Navidad requiere que las personas sean amables entre ellas, que se ofrezcan ayuda desinteresada, una comprensión, que la empatía aflore en cada esquina...no digo que esto no suceda, siempre hay excepciones. A lo que me quiero referir, basándose exclusivamente en el comportamiento humano, es, que en Navidad, aparecen seres bondadosos, que durante todo el año han estados escondidos y ocultos en paraderos aún desconocidos para mi, que se dedican a llevar comida a las personas sin hogar, a ayudar a los abuelos de un asilo, a divertir a los niños en los hospitales, etc, etc, etc Acciones magníficas y aplaudibles que deberían efectuarse durante todo el año y no solo en estas fechas. Sin embargo, si realizas este tipo de acción en Navidad, se ve que subes puntos en algún ranking(también desconocido para mi) y te hace sentir mejor persona. Pero luego, te encuentras a estos seres en los centros comerciales, empujando y casi pisando cabezas, por conseguir el mejor regalo antes de que se lo quiten de las manos y quedar en mal lugar, o abandonando a su mascota porque necesita irse de viaje y como no ha encontrado con quien dejarla...pues alguien se hará cargo de ella que para eso hay tantas protectoras... ¿Veis la contradicción y la falsedad? Pues todo esto, también es la Navidad.

Tercera falsedad considerable para aportar a esta entrada que tanto me esta gustando escribir, es la absoluta imposición de la festividad. Vamos a aclarar esta parte. Hemos dicho al principio que la Navidad se trata de una festividad religiosa, o al menos que proviene de ahí, pues como todo lo relacionado con la religión, uno puede creer o no, y no pasa nada. Pues sí pasa, porque la Navidad, como muchos ya habrán podido deducir, de religioso tiene poco. 
Vamos a explicarlo de otra forma que creo que me ha quedado un tanto dubitativo.
Existen diferentes religiones, y en cada una de ellas, diferentes celebraciones como todos ya sabemos. Luego esta la parte de la población que no pertenece ni cree a ninguna religión, y también es aceptable. Resumiendo, cada cual tiene su opinión y sus propias creencias en lo que le de la gana, de eso trata un poco el mundo. Existen otras celebraciones, como los carnavales, la semana santa, la feria...y en todas ellas, encontramos a personas que les gustan y las disfrutan, y a personas que no les gusta tanto y se apartan para no molestar. 
Bien. Pues con la Navidad, aunque no te guste, aunque la detestes, aunque no estés de acuerdo, aunque quieras desaparecer....te la comes con polvorones. ¿Ah no pensáis que estoy en lo cierto? Sigo argumentando. 
Si no te gusta el carnaval, basta con no disfrazarte, no escuchar carnaval y ya está. Si no te gusta la semana santa, nadie va a obligarte a que salgas a ver un paso. Y con la feria pues ni te acercas al recinto donde se celebra y punto. Con la Navidad igual, dirán algunos, y una mierda digo yo. Si sales a la calle, alumbrados navideños, si vas a comprar al supermercado, villancicos, turrones y polvorones en todos los estantes, si te apetece tomar unas tapitas...zambomba, si pones la televisión no encuentras una cadena que no hable de la Navidad, si abres tu redes sociales...es que de esto ni hablo porque ya es una pasada, y si el 24 o 31 estás solo porque no has querido celebrar nada...pueden pasar varias cosas: Una que si tienes familia pues se ofendan, te llamen bicho raro o algo así, te acabas sintiendo culpable por ser diferente y acabas cediendo en contra de tus principios. Dos te sientes como una mierda porque nadie te quiere en Navidad (que no es verdad, que es un pensamiento que te han metido en la cabeza de forma subjetiva con tanto adornito y tanta parafernalia) y Tres has decidido viajar para huir pero el único lugar factible es Australia, Japón o China y no te llega el dinero, porque si tuvieses ese dinero seguro que sí te gusta la Navidad, y definitivamente no viajas y te quedas en casa volviendo al punto Uno o Dos.
¡Y aquí es donde se ve la tercera falsedad! Si verdaderamente fuera una festividad (comercial) podrías participar o no, sin embargo, te la imponen. Navidad sí o sí para todos.


Y ya para ir finalizando este regalito navideño que os dejo, la cuarta falsedad, ¿Nadie se ha parado a pensar en el tremendo éxito que ha adquirido Papá Noel en los últimos años? ¿ A que viene este protagonismo a ese señor inventado por una marca que tan poco tiene que ver con la verdadera Navidad? Este año he alucinado con los adornos, con las menciones, ¡Y hasta con un cartero que lleva las cartas al gordito! ¿Desde cuando esto siempre ha sido así? A mi me criaron con los reyes magos, papa Noel de lejitos y poco más. Ni había un cartero especial que le llevara cartas, ni existía una cabalgata exclusiva para él, ni mucho menos nos hacíamos regalos ese día. Esta es la falsedad más descarada de todas, y es aquí donde se ve que nos engañan para gastar y gastar, y celebrar y celebrar, pero ¿El qué? 
Definitivamente...todos los valores de la Navidad perdidos con este cuarto punto, del que podría explayarme, pero me voy a contener, quizá el año que viene le haga un post exclusivo al Señor Santa ya que se lo ha ganado con creces.

Solo voy a decir una cosa buena de la Navidad, donde no veo ninguna falsedad, si un poco de ida de pinza, pero no falsedad. Y es la ilusión e inocencia de los niños. Los niños son lo único bonito, bueno y sincero de la Navidad. Ellos si sienten amor puro, compasión verdadera, ilusión, y valoran cada detalle y momento familiar. Los niños, son la verdadera esencia de la Navidad, y todos los adultos deberíamos aprender de ellos. Deberíamos recordar nuestra infancia, sentir aquellas fechas con ese corazón inocente, donde no existían problemas, deberíamos de retroceder en la memoria y aferrarnos a lo que ellos siguen sintiendo, la auténtica magia de la Navidad. ¡Señoras y señores que no se os vaya la pinza de esta manera porque no se donde vamos a ir a parar!


Por último, recalcar, para que nadie se piense que soy una especie de grinch maléfico en contra de todo lo navideño, que todo esto que he soltado aquí, con mucho gusto, es una simple opinión, es un comedero de cabeza que quería compartir con otras personas, y es algo puramente inofensivo. Ni mi intención es provocar ningún tipo de malestar, ni quiero convencer a nadie de nada, simplemente he dejado reflejada una reflexión que siempre he tenido en mis pensamientos.
Y para los que son del grupo: Piensa mal y acertarás Pues mira, sí, es verdad, no me gusta la Navidad, digo todos los años la frase: Me encantaría cerrar los ojos y que sea ya el siete de enero  y siento constantemente que me imponen la Navidad de las narices...

FELIZ AÑO