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Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

19.11.21

Nada Es Para Siempre

Nada es para siempre, ni la amistad, ni el cariño, ni la confianza, ni el respeto, ni tan si quiera el amor.
Todo tiene un principio y un final. Todo. Solo nosotros tenemos el poder de decidir cómo queremos comenzar y cómo queremos acabar. Solo nosotros escogemos la forma en la que irán marcados los acontecimientos, ¡y cuidado aquí!, pues una mala decisión, puede provocar el peor desenlace que podamos imaginar. 


Durante toda nuestra vida, no conseguimos conocernos a nosotros mismos al 100%, pues siempre existirán nuevas situaciones que no habremos vivido nunca, situaciones que marcan tu personalidad, que hacen que cambies de actitud. Y ahora expongo: Si no somos capaces de conocernos a nosotros mismos a la perfección, ¿Cómo podremos conocer a otra persona al mismo nivel? Cómo ofreces una confianza y respeto con los ojos cerrados si nunca llegarás a saber que la otra persona sabrá apreciarlo, valorarlo. Cómo. Cómo se puede vivir en armonía con otros seres humanos, si desconocemos el respeto hacia nuestra propia persona.

Dónde te enseñan a perdonar lo más injusto, dónde aprendes la empatía hacia lo malo, lo irracional. Quién te muestra el dolor de una forma bonita para que en un futuro sepas dominarlo. Quién te explica cómo ser fuerte, cómo apartar la negatividad de un recuerdo y escoger solo la parte reconfortable, esa parte que un día te hizo feliz.


Para alguien te convertirás en la persona buena, para otro, serás la mala persona. 
Nunca encontrarás el equilibrio adecuado para todos,  y mucho menos, para tu conciencia. Te machacarás, instigarás en qué podías haber hecho o cómo podías haber actuado, y aun así, tu conciencia seguirá atormentándote, porque el punto céntrico que hace que todo se mantenga a nivel, se tambaleará, y quedarás en una especie de limbo donde serás incapaz de reconocer lo bueno de lo malo, sin comprender las respuestas de unas preguntas que no hiciste.

Lo real se vuelve confuso, nada parece tener sentido, ni si quiera tu alma. La confusión te convierte en algo que no eres, y dudas, dudas de todos y de ti. Intentas mantenerte a flote, guiar los pensamientos a la zona racional de tu cerebro, pero un fuerte viento hace que desvaríes, y acabas en la parte oscura,  donde los pensamientos están turbios e incluso te cuesta entender tu propio idioma.
Esperas, aunque no te quede paciencia, aunque no te queden fuerzas, solo un puntito de esperanza que guardas en el bolsillo, esperando salir a la luz cuando sea necesario.

Esperas, y no te rindes porque te quieres a ti mismo y no puedes dejarte ir.
Y mientras esperas, te aferras a los buenos momentos vividos, a las risas, a todo lo que has aprendido, y es entonces cuando te percatas de todo, es entonces cuando descubres que al igual que has tenido que vivir momentos felices, también es necesario para la vida, vivir momentos tristes.
Que todo pasa, que nada es para siempre, ni tan si quiera el dolor