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Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

18.4.25

¡SE TE PASA EL ARROZ!


 ¿Quién no ha escuchado esta frase, al menos, una vez en su vida? Yo...más veces de las que me hubiese gustado...¿Y en cuántas ocasiones me la he tomado en serio? ¡NINGUNA! 

"Se te pasa el arroz" es una forma de decirle a alguien que se espabile o perderá su oportunidad, normalmente se utiliza para referirse a contraer matrimonio o tener un hijo. Más común entre mujeres o para mujeres, por el tema de la menopausia, como que si no te decides rápido a ser madre, al pasar cierta edad, no podrás tomar esa decisión porque tu cuerpo habrá dejado de estar preparado para dar vida.

Nunca quise ser madre, lo supe desde niña. ¿Ese instinto que se tiene, o dicen que se tiene, desde la niñez? Jamás lo experimenté. Llegué a pensar que nací defectuosa, con carencias...porque lo que todos decían que tarde o temprano me llegaría, nunca me llegó ¡Ni en pensamiento! 

Cuando apenas tenía cinco añitos y me reunía en el cole o en la placita con mis amiguitas, recuerdo que todas jugaban con muñecas en sus carritos, o con juguetes similares que consistían en darle de comer al bebé, pasearlo, cambiarlo de ropa...Yo nunca tuve una muñeca así, ni la pedía, ni la echaba en falta, al contrario, en los juegos con las demás niñas solía mantenerme a un lado, si alguna vez cogía al supuesto bebé era porque una de mis amigas insistía, pero recuerdo la sensación incómoda que me recorría el cuerpo al pensar que algún día ese muñeco se haría de carne y hueso y yo tendría que cuidarlo ¡Me aterrorizaba! A pesar de mi corta edad tenía claro que esa vida no era para mí.

Durante mi infancia este tema no me preocupaba, bastaba con mantenerme alejada de esos muñecos dependientes y me sentía segura. Nunca les pedí a los reyes un carrito de bebé y mucho menos un muñeco bebé, y si rebusco en mis recuerdos, me arriesgo a decir que jamás paseé un carrito, y si lo hice, por inmiscuirme en el juego y ser aceptada por las demás, me habría encantado tener una fotografía del momento exacto de mi cara al ejercer ese papel, agradable no sería la palabra para describir mi rostro jajaja. Al final acababa buscando otros juegos, otros niños y otros muñecos que liberasen mi imaginación más allá de ser madre. 

En la adolescencia, soporté en más de una ocasión el rechazo de miradas y palabras al decir a boca llena que no quería ser madre. Sí, sí, habéis leído bien, rechazo. Nací a finales de los 80, y aunque viví una época llena de libertad, cambios y procesos revolucionarios, aun estaban inculcadas las raíces auténticas y familiares de que una mujer, para sentirse realizada, debía de ser madre. El concepto de ser mujer y no ser madre como que costaba asumirlo, y si pensabas así, o eras rara, o te tachaban de inmadura. Sin embargo, mis pensamientos hacia el futuro eran otros, no tenía muy claro que sería exactamente de mi vida, lo único que sabía con certeza es que no sería madre. Las amistades que tenía por aquel entonces, a veces, cuando la reunión estaba compuesta solo por chicas, rellenaban el tiempo compartiendo unas con otras el nombre que tendrían sus hijos o qué deseaban más, un niño o una niña. Mi participación era nula, inexistente, mis labios se sellaban. Observaba a las chicas, todas con esa cara de ilusión, haciendo planes entre ellas y sus futuros hijos, una le decía a la otra que su hijo sería el novio de su hija, la otra que lo llevaría al mismo colegio para que fueran amigas desde niñas, fantaseaban con las caras de sus bebés, con las ropitas y todas esas ñoñerías que yo intentaba entender pero que no entendía. No comprendía por qué unas niñas de apenas 12 años planificaban un futuro con hijos en lugar de imaginarse con sus sueños cumplidos, que era lo que me ocurría a mí. Mis pensamientos hacia el futuro, aunque aun no sabía muy bien en qué consistía la vida y mucho menos que rumbo tomaría, se basaban en cumplir mis sueños. Yo quería ser periodista, escritora, psicóloga...me imaginaba escribiendo en un periódico, o con mi propio despacho de psicología, me veía independiente, sin ataduras, una mujer libre que toma sus propias decisiones sin tener que depender de nadie y que nadie dependiese de mí. Cuando trataba de colocarme en las mentes de mis amigas e intentar visualizarme con un hijo...me entraban sudores y taquicardia, además de náuseas y mareos; otras veces, cuando me obligaba a ver esa imagen que todas añoraban, nunca me veía a mí, siempre era otra persona sujetando a un bebé y yo mirando al fondo. ¡Me agobiaba el simple hecho de colocar los brazos en posición para intentar coger a un bebé imaginario! 

No hablaba del tema, lo evadía. En un par de ocasiones intenté expresarme pero las miradas...me frenaban, y optaba por no compartir mis pensamientos. ¿Prefería callar para no sentirme una marginada? Sí, con esa edad, si no encajas o no haces por encajar...puedes llegar a pasar una adolescencia más chunga de lo que ya es de por sí. Simplemente me dedicaba a seguir el rollo y ya, aunque en mi interior tenía claro que no sería madre. No me importaba lo que opinasen de mí, sin embargo no me atrevía a decir la verdad por miedo a que me juzgasen, que lo harían sin duda, porque como he dicho antes, el decir que no quería ser madre era como decir que no quería seguir viviendo. ¡Qué exagerada! ¿Seguro? No tan exagerada...que a esa edad se suele ser muy cruel con los que no van a la moda, o piensan diferente, y no tardaban en señalarte, tacharte y darte la patada. Si piensas diferente, vete, no estamos dispuestas a comprender algo que no tiene sentido. ¡No tenía sentido para ellas! ¡Igual que para mí no tenía sentido ser madre!

Pasando los 20 empiezas a relacionarte con otro tipo de personas, conoces gente nueva, vives experiencias diferentes, y la mente va tomando forma compacta respecto a lo que realmente quieres hacer con tu vida. La primera vez que encontré a una chica que pensaba como yo casi lloro de la emoción al saber que no era la única mujer en el mundo que no quería ser madre. Recuerdo que nos conocimos por casualidad en el mismo grupo de amigos, sería una amiga de una amiga de una amiga...La muchacha marcaba la diferencia entre todas las chicas que estábamos allí, sin hablar con ella sabías que no era como las demás, y no sé por qué, se acercó a mí. Quizá ella observó en mí la misma peculiaridad. No recuerdo con exactitud el tema de conversación, pero si el momento en el que me soltó que ella tenía claro que no sería madre, incluso me recalcó, que si por algún descuido o fallo se quedaba  embarazada, abortaría sin pensárselo dos veces. Me contaba, con naturalidad, que la mujer de hoy en día había cambiado mucho su forma de pensar, que antes desde pequeñas te inculcaban las cosas del hogar y criar a los hijos, pero que ya eso estaba muy anticuado, y que ahora era absolutamente normal que una mujer se sintiese realizada con otras acciones. Yo la escuchaba con atención, porque cada uno de sus pensamientos eran idénticos a los míos, solo que ella no tenía ningún reparo en exponerlos y yo los guardaba como un secreto temido. No, no le dije que pensaba como ella, ni que tampoco quería ser madre, supongo que el miedo al rechazo seguía traumándome en silencio y aun no era lo suficiente madura como para afrontar mis miedos. Le sonría y asentía con la cabeza, guardando la verdad solo para mí.

Cuanto más me acercaba a los 30 más complicado se ponía el asunto. Una parte de mi generación empezaba a tener hijos...y yo seguía en mis trece. Me alegraba mucho por ellos, pero cuando intentaban interrogarme para saber mis planteamientos...me escabullía y eludía el tema ¡Qué pesadez! ¿Aun no entendían que carecía de esa cosita que tienen las mujeres que quieren ser madres? ¡Qué yo no tengo eso joder! Al principio, por prudencia, seguía con mis labios sellados, pero luego, cuando la vergüenza se despojó de mí y mi boca despotricaba a los cuatro vientos lo que me daba la gana, repetía las veces que hicieran falta, alto y claro, YO NO QUIERO SER MADRE ¡Y era como abrir la caja de pandora! ¡Madre mía lo cortita que puede llegar a ser la gente cuando no quiere entender algo! Les explicaba que yo no había nacido con ese sentimiento, que ni tic-tac, ni arroz, ni ostia...que no me veía siendo madre, que no quería, y que no me arrepentiría. ¡Y DALE LA BURRA AL TRIGO! Entonces la gente respondía, como si todos tuviesen el mismo guión, que eso era ahora...que seguro que no me había llegado el momento, que en cuanto los que estaban más cerca mía comenzaran a ser padres yo cambiaría de opinión...que eso era algo que teníamos todas las mujeres (la frase más patética que he escuchado en mi vida) que seguro que yo estaba confundida por la moda de la mujer independiente...que no había encontrado a la persona adecuada para formar una familia ¿Perdona? ¡DÓNDE COÑO VIENE ESCRITO QUE TENGO QUE FORMAR UNA FAMILIA POR COJONES PARA SER FELIZ! ¡Qué me lo digan porque lo mismo me lo he saltado y estoy viviendo a mi manera! 

Pensando que ya lo peor había pasado y que con el paso de los años la gente veía que yo seguía sin tener hijos, me dejarían un poquito en paz. ¡JA! 

Entonces mi hermana me hace el mejor regalo, nace mi sobrino. ¡Loca de amor! ¡Voy a ser tata! Durante el embarazo lo vivo todo con ella, y cuando nace el bebé, lo colocan en mis brazos y puedo observarlo tan de cerca...siento por primera vez lo que es el amor verdadero. ¡Ser tata es lo mejor que me ha pasado en la vida! ¿Amor? ¡Es mucho más que amor! ¡Ese sentimiento no puede tener palabra porque es inexplicable! Total...que soy tata.

Ya veía venir a la peña...frasecitas que aún hoy sigo escuchando..."Ahora a ver cuanto tiempo tardas tú en darle un primito" "Uy ya verás como ahora sí que sí vas a querer ser madre" "Nada más que por el hecho de que tu hermana es madre, vas a querer serlo tú" "Ya no tienes excusas" "Seguro que el instinto maternal te nace ahora con tu sobrino, porque eso siempre pasa" E infinidad de estupideces...¿Estas frases se aprenden en un cursillo o algo? ¿Si no le dices estas frases a alguien que acaba de ser tía y que no es madre te echan del planeta? ¡Que pesadilla! ¡QUE NO COÑO, QUE NOOOOOOO! QUE NO QUIERO SER MADRE ¡CÓMO LO DIGO YAAAAAAA! 

Ni instinto maternal, ni porque mi hermana sea madre, ni que el arroz se me pase, ni mierdas de esas, yo no nací con ese instinto, ni se me remueve nada ni cambio de idea por la sencilla razón de que tengo claro que no quiero ser madre, al igual que la persona que quiera serlo, lo tiene claro desde un principio, o toma la decisión en su momento. ¡YO NO! Pero espera que ahora viene la otra pregunta...¿Ah no, y eso por qué? 

AAAAAAAAHHHHHHHHHHH 

¡DESESPERANTE!

Para que me dejaran un poquito en paz, empecé a decir que no me gustaban los niños, que me ponían de los nervios, pero eso duró poco en cuanto vieron mi actitud con mi sobrino, porque todo hay que decirlo, se me cae la baba...Lo que la gente no entiende, o no quiere entender, es que una cosa es ser madre, y otra muy distinta es ser tía. Si no veis la diferencia, quizá el problema lo tenéis vosotros y no yo. Ser madre es una gran responsabilidad, no solo durante el embarazo, cuando nace el bebé radicalmente te cambia la vida, porque una criaturita pequeñita e inocente, depende absolutamente de ti. No solo debes alimentarlo y cuidarlo, a partir de ahí, durante toda tu vida, esa personita será tu responsabilidad. Y, hablemos en plata, nadie sabe lo que es ser padres hasta que no lo eres, habrá momentos en que tengas claro qué hacer, y otros en los que pienses "tierra trágame" o "¿Qué debo hacer ahora?" Si le preguntas a cualquiera que tenga un hijo, lo primero que te dirá es que es lo más maravilloso que le ha ocurrido en la vida, y no lo pongo en duda, de hecho les doy la razón, tiene que ser algo maravilloso y reconfortante. Sin embargo, pienso que la decisión de traer un hijo al mundo debería de ser una decisión mucho más meditada de lo que está siendo realmente. No todo el mundo sirve para ser padre, ni todo el mundo debería de tener ese derecho, porque no se trata solo de alimentarlo y cuidarlo, no, ese bebé irá creciendo, y tú serás el encargado de darle una buena educación, unos buenos valores, instruirle a la hora de ser buena persona, intentar que no cometa errores, que no se descarrile, que entienda el mundo en el que nos ha tocado vivir...muchas cosas que veo que la gente no tiene en cuenta o que no le da la importancia que realmente tiene. No me voy a meter en la educación que cada cual le da a sus hijos, porque ya lo que me faltaba... eso es otra jajaja si no tienes hijos, no puedes opinar...jajajajaja claro, claro...voy a opinar de lo que vosotros queráis. Mi opinión es igual que la de cualquier otro, tenga o no tenga hijos, quizá sí a nivel emocional y sentimental, pero tengo todo el derecho del mundo en decir VAYA MIERDA DE EDUCACIÓN LE ESTÁS DANDO A TU HIJO, porque ese niño o niña, el día de mañana, será mi médico, o mi abogado, o el que me pase la compra por la caja del supermercado, el caso es que se convertirá en adulto, y depende de la clase de persona que sea, habrá sido tu responsabilidad, no la mía. Pero mi opinión la voy a seguir dando, al igual que yo tengo que seguir escuchando que se me va a pasar el arroz...¡Ay mira que pongo a hervir fideos y se acabó! 

Ahora no me da miedo decir que no soy madre ni lo voy a ser, y es la gente la que huye de mí porque hasta que no me explayo y explico el por qué...no me quedo tranquila. ¡Os jodéis y me escucháis! A ver si así os entra en la cabeza que no todos somos iguales y que hay que respetar las decisiones de los demás aunque no estemos de acuerdo. Bueno...pues me siguen diciendo que me voy a arrepentir...¡Si me arrepiento es mi problema! ¡Céntrate en los tuyos! Pero que no, que no me voy a arrepentir, todo lo contrario, cada vez tengo más claro que he tomado la decisión correcta. Y no es porque considere que sería una mala madre o algo parecido, para nada, porque quien me ha visto con mi sobrino sabe que daría mi vida por él. Es porque para ser madre tienes que desearlo y como habéis podido leer ya desde hace rato...jamás lo deseé, ni lo planteé, ni lo pensé.

En cuanto a una de las frases que también me han dicho varias veces, esa de que en cuanto me llegue la pareja perfecta me hará cambiar de idea...esta es la frase que más odio. No soy de la clase de personas que cambian su opinión dependiendo de quién se rodee, tengo mis propios principios e ideales, y una cosa es que puedan hacerme cambiar de opinión sobre algunos temas, si los argumentan bien, y otra, que sean capaces de cambiar mis valores al completo, y lo más importante, mi futuro. Por suerte o por desgracia, he tenido varias parejas en mi vida, y a cada una de ellas, al empezar la relación, les he advertido que si buscan formar una familia...no soy la mujer adecuada para ellos, y que no piensen que en un futuro me convencerán o que podré cambiar de opinión...no, lo siento pero eso es inamovible en mi cabeza y en mi corazón. A pesar de haberme llamado insensible, alguna vez, la mayoría parece que lo entendió a la primera, porque jamás se volvió a sacar el tema, ni yo di lugar a que se pensara en un cambio...me gusta dejar las cosas claras desde un principio, porque no me gusta que nadie pierda el tiempo, y a la que menos le gusta perder el tiempo...es a mí.

Ya va siendo hora de exponer mis argumentos jejeje ¡Qué os pensabais! Esto no ha hecho más que empezar...¡Hombre! Años tras años soportando y escuchando en silencio... ahora que tengo oportunidad de decir todo cuanto quiero, porque para eso es mi blog, no me voy a callar o hacer el post más breve...no, no, pienso escribir todo lo que tengo guardado.  Agarrarse porque vienen curvas, y entre curva y curva voy tirando el arroz que se me pasó jajajaja

¿Cuál es la verdadera razón del por qué no quiero traer un hijo al mundo? La respuesta simple sería: Porque no me agrada el mundo en el que vivimos. Con esto bastaría. Simplifico. No obstante es un tema que me encanta argumentar, y si es en una conversación, aun más.

Los años van pasando y cada vez veo más claro que estamos destrozando nuestro entorno, no solo referente a la naturaleza, la moral y ética del ser humano se quedan obsoletas, los valores enterrados y la racionalidad extinguida. La raza humana es la peor raza que puede soportar la tierra, ¿Quiénes, si no, nosotros los humanos, destruirían sin motivo alguno el único lugar que tenemos para vivir? Si observáis, solo un poquito, lo que estamos haciendo con el planeta...lo que pasa es que no queréis ver la realidad, y pensáis que el ser humano es el mayor dominante de la tierra, que la tierra le pertenece, y no es para nada de ese modo. Todo lo contrario. Nosotros pertenecemos a la tierra. Es ella quien nos ha permitido vivir, quien nos dio la vida. Todas las razas que existen en el planeta saben convivir con las especies restantes. Matan por hambre, destrozan por supervivencia y se adaptan sin plantear ningún cambio que no sientan en el instinto. ¿Y el ser humano? El ser humano mata por placer, destroza a su paso sin consideración y no se adapta a nada, al revés, obliga a su entorno a que se adapte a nosotros. ¡Somos una especie egoísta! Aun así, nos seguimos creyendo que somos los amos del mundo y que el planeta será eterno, o al menos, aguantará hasta que nosotros decidamos. ¡Nos daremos con toda la boca en el suelo! Evidentemente no me apetece traer un hijo a este mundo, me avergüenza mi propia especie. Ya sufro demasiado intentando calmar mis pensamientos e intentando que mi mente acepte que esto es lo que hay, un planeta magnífico que nos aporta todo lo necesario para vivir y poder ser felices, y que nosotros, como humanos inconformistas, destrozamos sin ton ni son porque creemos que el poder y el dinero supera a todo lo demás, y eso, nos hace invencibles.

Por suerte tuve una infancia muy bonita, llena de alegrías, juegos y aprendizajes que ojalá pudiese regalar a cada niño del planeta. Entonces no lo sabía, pero la infancia es la mejor etapa de la vida. No existen las preocupaciones, todo es un juego, comes, bebes sin preocuparte de cómo ganar el pan, vives y disfrutas cada momento con una inocencia que desaparecerá, cuando menos te lo esperes, se desintegrará guardando en tus recuerdos la simplicidad de vivir. No eres consciente de la realidad en tu entorno, si hay problemas (pequeños y normales) en tu familia, los pasas por alto porque nadie te los explica, tampoco te interesan. Si ocurre algo en el colegio basta con llamar a mamá y ella lo solucionará sin que tengas que pensar en ello. Si las guerras siguen en países que aun desconoces, ni si quiera sabes qué es una guerra, puedes ver las noticias y algunas quedarán marcadas en tu retina, pero las imágenes quedarán sustituidas por una tarde en el parque, por una risa de un amigo, por un helado de fresa en un banco después de subir de la playa. Y la vida es maravillosa, aunque tú no lo tengas en cuenta, o no te hayas dado cuenta. Pero claro...también tengo que decir que mi infancia estuvo exenta de tecnología, sinceramente, no sé cómo vivirán los niños de hoy sus infancias, supongo que tendré que esperar a que mi sobrino obtenga su capacidad de deducción sobre la vida, y será él quién me explique los recuerdos guardados y cómo ve el mundo desde sus ojos. 

Total, que gracias a la infancia que tuve, quizá por eso piense ahora que el ser humano es la peor raza que pueda existir para vivir en la tierra. Entre nosotros nos matamos, por diversión, por venganza, nos puede la envidia e intentamos que sufran otros con tal de no sufrir nosotros. Nos importa una mierda lo que le ocurra al de al lado con tal de que a nosotros no nos roce el problema. Huimos de la verdad, nunca hemos sido capaces de afrontarla como tal, ni lo haremos, nos basta con crear una mentira placentera y seguir viviendo en la ignorancia. En la ignorancia se vive de puta madre. Trabajamos y trabajamos para olvidar vivir, el dinero lo abarca todo, y cuanto más dinero, más importante eres, más importante te sientes, más poderoso, porque el dinero es lo que mueve el mundo. Todo se puede comprar con dinero. ¡OJO! Todo se puede comprar con dinero...todo lo que la gente cree que es importante para vivir y sentirte superior, porque evidentemente, desde mi punto de vista, el dinero es otra puta mierda que lo corrompe todo a su paso, y si hay algo bonito, lo destruye, hasta el corazón de las personas, eso lo que más. El dinero envenena el corazón y la bondad de las personas, al menos de las que aun lo conservan, porque cada vez veo menos...

Entre nosotros nos hacemos daño emocionalmente. Si vemos que alguien lo esta pasando mal, no nos acercamos para ayudar, realmente nos acercamos para ver que esa persona está peor que nosotros y así podemos seguir adelante, que es lo más sencillo. Ay sí pobrecito, hay que ver el problemón que tiene, palmadita en la espalda, lloro un poco para que veas mi sufrimiento, pero ahí te quedas, que yo me voy a mi casa que también tengo lo mío, ¡Y mañana no me llames que no tengo tiempo! ¡Pero oye, que puedes contar conmigo para lo que necesites! Típico del ser humano...

Humillamos, señalamos, etiquetamos y juzgamos continuamente, a nuestra familia, a nuestros amigos, parejas, compañeros de trabajo...pero no lo reconocemos, porque pensamos que es lo normal, porque todo el mundo lo hace ¡Es que la vida sigue! ¡Es que voy a mirar antes por lo míos! ¡Es que no tengo la culpa de sus problemas! Es que...es que...es que...excusas...EXCUSAS que nos implantamos a nosotros mismos para no afrontar la verdad y poder seguir viviendo nuestras vidas de mierda, pero tranquilos, Y, sabiendo que fulanito está peor ¡Menos mal que menganito lo esta pasando peor que yo! 

¿Se va entendiendo por que no quiero ser madre? 

¿Hacerle esa putada a una personita que no ha elegido venir a este mundo? ¿Quiero que otro ser humano viva lo que estoy viviendo yo? ¿Y sentirme feliz por ello? ¡NO PUEDO! Me sentiría impotente. ¿Qué legado le estoy dejando a mis hijos? ¿Un planeta que se cae a pedazos? ¿Una raza que prefiere exterminarse a si misma antes que ver al prójimo feliz? ¡NO PUEDO! 

Y me da pena, mucha pena, porque si de verdad fuésemos la especie inteligente, sabríamos apreciar lo que tenemos, haríamos lo posible por mantener este privilegio, pero no...mejor nos dejamos llevar por nuestra condición humana, que por lo visto, es irremediable.

Parezco una amargada de la vida jajajaja que está en contra de la procreación jajaja pero para nada es así. De hecho, suelo manifestar alegría cuando alguien de mi entorno me dice que está embarazada. Primero porque si esa persona está feliz de ser mamá, yo estoy feliz de que sea feliz. Segundo porque mi opinión se basa en unos valores personales que no pretenden imponer nada a nadie. Creo que cada cual tiene derecho a elegir, sean las razones que sean, si quieren ser padres o no. Una cosa es que tome mi propia decisión, y otra, que intente imponer mi decisión como verdad. NO. Mi decisión es entorno a mi opinión. Y vuelvo al principio, para algunas mujeres ser madre es lo mejor que tiene la vida, y para otras, no. ACEPTACIÓN Y RESPETO. Que me encantaría que hubiese más personas que pensasen como yo...pues sí, jajajaja, la verdad, pero contra eso no puedo hacer nada, no puedo obligar a nadie, no quiero obligar a nadie mejor dicho, porque si pudiera...tampoco lo haría. La obligación debemos implantárnosla nosotros mismos, y no a lo demás.

Total, para ir terminando ya, creo que me pasé esta vez... que no quiero ser madre, que sigo pensando igual, y que seguiré pensando lo mismo por el resto de mis días. El arroz pa' las lentejas...

 

3 comentarios:

  1. Yo sí que veo, y conozco, desde hace ya unos años a muchas mujeres que no quieren perpetuar la especie ni criar a ningún mamífero humano. Incluso desde hace un tiempo, tal y como está la vida en cuanto a dinero, esa cosa tan repugnante e indispensable, tener un hijo y criarlo con todas las garantías es casi una imposibilidad.

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  2. Muy buenos días, hoy leyendo tu entrada, me has hecho recordar a una mia en un proyecto de Ginebra, que trataba de los Pros y los Contras.
    Allí hablo precisamente de seradre, desde otro punto de vista, pero que viene a ser lo mismo.
    Tú yo.aste una decisión yo la acate por diversos problemas, pero con ello quería dejar claro que una mujer no necesita ser Madre para realizarse como mujer y y mucho menos ser feliz.
    No hay nadaas que añadir lo has dejado claro, conciso y muy bien explicado.
    Besotes , cielo .
    Un fey fin de semana.
    😘😘🙋

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  3. Pilar, no puedo estar mas de acuerdo en el post, en cuanto al texto desmontas con tu peculiar estilo de lucidez, humor e indignación, la presión social que sufren muchas mujeres por no querer ser madres, en torno a la terrible frase “¡Se te pasará el arroz!”, una expresión popular que actúa como síntesis cultural de una expectativa patriarcal, la idea de que las mujeres tienen un tiempo limitado para cumplir con su supuesto “destino biológico” de ser madres y que dejar pasar ese tiempo o esa oportunidad ,equivale a haber fracasado vitalmente.
    Esa frase es la típica amenaza disfrazada de consejo, expones cómo esta presión se manifiesta en distintos entornos, pero la amenaza culmina con cumplir el rol de madre sin ser juzgada.
    Tu elegante narrativa, subraya el doble rasero social, por un lado, se romantiza la maternidad como el mayor acto de amor, pero por otro, se minimiza la complejidad y responsabilidad que conlleva, argumentas que tener hijos no es un acto automático, sino una decisión trascendental que debería estar basada en un deseo auténtico y no en una inercia cultural. Reviertes la amenaza y rechazas la maternidad por convicción, con razones claras y una identidad fuerte, demostrando que ser mujer no equivale a ser madre, y que el tiempo, en su caso, no cuece arroz sino libertad.

    PD Otro tema que no entiendo es la etiqueta de: "Advertencia de contenido sensible", para entrar en tu blog, con los inconvenientes de búsqueda que eso conlleva, debieras desactivarla desde configuración.

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