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Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

1.12.24

"COVARDES Y BALIENTES"

 No...no estáis leyendo mal, ni yo me he equivocado, el título de este post lo he puesto así intencionadamente, aunque me duela la vista y me entre urticaria...en unos momentos entenderéis el por qué.

Últimamente me apetece más rajar y desahogarme que escribir relatos, y no es porque me lleve todo el día enfadada, o me sienta infeliz, creo que es más bien por la impotencia que siento, cada vez más intensa, hacia esta sociedad, hacia este mundo, hacia esta manera de vivir, no sé si es que cada vez entiendo menos o entiendo demasiado, y como no estoy de acuerdo con nada...nace esa impotencia que de algún modo debo soltar. No creáis que no intento hablarlo con otras personas, no solo para saber su opinión, si no también para contrastar la mía y averiguar, de cierta forma, si me estoy equivocando, si estoy exagerando o qué mierdas ocurre en realidad. Total, que intento hablarlo con otras personas, y sí, con algunas, es sencillo hablar de estos temas, pues ellas ven lo mismo que yo, son pocas la verdad...sin embargo...con el resto...como no les hables de programas del corazón o de cualquier pollada que salga por la tele...seguirán pensando o que estoy amargada, o que no tengo ni puta idea, o yo que sé...la verdad es que tampoco me importa mucho, esa clase de persona, normalmente, si no piensas como ellos...creen que la loca eres tú.

Al grano, que me enredo y salgo por la vía tarifa. Necesito una vía de escape para soltar todo lo que ven mis ojos, todo lo que siente mi corazón y sin tener esa sensación pesada sobre mis hombros de tener que estar explicando lo evidente, y como este blog lo hice en su día para eso, aquí decido yo, y solo se escribe lo que a mi me salga del alma, quien lo quiera leer que lo lea y a quien no le interese que siga de paso, pues...eso, que voy a volver a escupir todo lo que veo, siento, entiendo y acepto. ¿Y qué tema voy a tratar hoy? ¡JA! Un temita que desde que aparecieron las nuevas tecnologías...me pone de una mala hostia que flipas. 

¿Quién no ha tenido, alguna vez, una discusión, pelea, debate...? Nadie ¿No? Si existe alguien que nunca jamás se haya peleado en su vida con nadie...me encantaría conocerla, porque creo que es una de las cosas imposibles en esta vida...Una cosa es que a lo largo de tu existencia decidas no discutir y evadir los encontronazos, y otra, que desde que tengas uso de razón no hayas discutido ni con tu madre. Eso es imposible, no me lo creería para nada. 

Cuando era pequeña, recuerdo que cuando discutías con amigas, por ejemplo, pues siempre estaba la típica que era una hija de la gran puta y te cogía en mitad de la calle delante de quien fuera y te lo soltaba todo, y luego estaba la que aguantaba con la cara de pasa hasta que te fueras, y te ponía a parir con el resto. Falsedad se llamaba en esos tiempos. Luego tú ya te enterabas o no, y actuabas de cierta forma o de otra, es decir, o eras igual de falsa que ella y en lugar de decirle lo que pensabas a la cara te dedicabas a defenderte con las otras, o te encendías (como me ocurría a mi) y buscabas a la que te había puesto a parir para ver si tenía las suficientes agallas de decirte todo lo que tenía que decirte a la cara. ¿Y qué ocurría? Pues que si erais igual de falsas...la bola se convertía en una gran bola de mierda, porque las intermediarias contaban lo que ellas entendían y no la realidad, o, si te ardía la piel por dentro como a mi, que no soportabas que nadie hablase a tus espaldas, pues ibas a buscarla para evitar más malos entendidos. Pero claro, tú que sí ibas a buscarla...eras la mala y la de mal carácter, y la otra, la que cuchicheaba y mal metía, era la víctima. Eso siempre ha sido así y no va a cambiar nunca. Total, que tú igualmente ibas, por tu honor, porque no soportabas la falsedad o por lo que fuera, necesitabas escucharlo por boca de esa persona y no por bocas ajenas. Cuando la tenías delante y le explicabas lo que había llegado a tus oídos, lo primero que hacía, como buena persona hipócrita, era negarlo todo, quizá por miedo, quizá por cobardía, o porque se hubiese arrepentido en el último momento, el caso es que te quedabas sin saber la verdad, pero oye, tu conciencia estaba tranquila y tu honor seguía intacto, ya que no habías tenido la necesidad de ocultarte y manipular nada. La verdad por delante ocurriese lo que ocurriese. Esto por ejemplo en la adolescencia y sin tecnologías.

Empiezas a crecer y a madurar, y como es normal, ya que no con todo el mundo te puedes llevar bien, ni todos van a pensar de la misma forma, sigues teniendo encontronazos con diversas personas, pero, ahora, un poco más adulta, encuentras la forma de solucionar este tipo de problemas antes de llegar a una discusión que te ponga en evidencia o que monte un escándalo innecesario. ¿Y qué ocurre? Pues que como todo en esta vida, no todos maduramos en el mismo espacio-tiempo, ni todos podemos acatar las circunstancias de igual modo, ni a todos nos gusta la tranquilidad de poder solucionar los problemas con discreción, hay personas que si no tienen una trifulca gorda...no consiguen ser felices, y hay otras, que siguen guardando esa falsedad de la adolescencia porque simplemente nacieron cobardes. Bueno...puedo llegar a aceptarlo. Vuelvo a repetir que cada uno se adapta a las circunstancia como puede, o sabe. Está en ti, que te consideres con la suficiente madurez, si entrar en el juego de esa persona o no, y de valorar lo que en ese momento necesitas para sentirte mejor. Esto en un contexto "normal" es decir, a lo que yo entiendo como una disputa entre dos personas adultas con diferente opinión, algo tranquilo y discreto. Un intercambio de conceptos entre personas racionales, dejemos a un lado el apego a las emociones. Solo racionalidad.

De pronto aparecen las tecnologías, es decir, internet...redes sociales...lo que se llama vivir a través de una pantalla. Digo de pronto porque para mi fue así, un día no tenía ni ordenador en casa y al otro el dinero que siempre había estado en mano lo podías traspasar de un móvil a otro con un dedo y una tecla. Alucinante ¿Verdad? Así me sigo sintiendo yo la verdad...alucinada con todo el mundo tecnológico que me rodea y me atrapa, porque por mucho que no me guste...me obligan a vivir así, o eso, o me voy a mitad del campo y vuelvo a la prehistoria, que lo más seguro que sea más feliz, pero...quiero a demasiadas personas como para alejarme de ellas, así que me jodo, y sigo en este mundo extraño que cada vez entiendo menos. Total. Que me vuelvo a ir. Decía que de pronto aparecen las redes sociales y todo lo que abarca una pantalla, y bueno, te adaptas como puedes, por lo menos para salir del paso, hasta que descubres que existen dos formas de vivir la vida. A ver...existen muchas formas de vivir la vida, me refiero al mundo de las pantallitas en concreto. Por un lado, vives de forma personal, con tus seres queridos, el trabajo, el contacto directo con la gente. Y por otro lado, la vida que te creas a través de una pantalla. Sí, te sigues relacionando, puedes trabajar también, pero...ojo, que tu personalidad varía. ¿Cómo? Sí, sí. Tu personalidad varía quieras o no. 

Cuando personalmente tienes a alguien cerca, las sensaciones que percibes son totalmente diferentes, los olores, las miradas, el tacto...entonces tu actitud, por consiguiente, es diferente, porque tu piel se puede erizar por el tacto, tu corazón se puede acelerar por un olor, y una mirada...una mirada puede provocar muchas sensaciones, desde el miedo más temido hasta el amor más puro. Te influye todo de una forma diferente cada vez, que eso es lo mejor de todo, porque si un día llegas a un lugar enfadada y una persona te acaricia, puede que el enfado disminuya; o al contrario, llegas siendo la persona más feliz del mundo a un lugar sucio y desordenado y te provoca malestar. Lo que quiero decir, que la vida personal, es decir, lo que vives en persona con los cinco sentidos activos, influye en ti convirtiéndote en variable, puedes pasar de un estado a otro gracias a sensaciones externas.

No obstante, si ahora nos situamos en la vida a través de un pantalla, directamente nos privamos de las sensaciones ya mencionadas antes. El olor externo no existe, solamente te influiría el olor que tienes en tu ambiente, el tacto desaparece, y la mirada...bueno la mirada puede que siga estando ahí mediante una fotografía o porque haya una videollamada, pero...no es lo mismo, ni te produce la misma sensación. ¡Qué no! Porque sé que alguno que otro ya me esta contradiciendo...¡No y punto! Que para eso este es mi blog y yo decido lo que es cierto y lo que no...jejeje.

¿Qué ocurre en estos casos? Pues que si, por ejemplo utilizando el mismo caso expuesto con anterioridad, nos sentimos de mal humor y en lugar de personificarnos en alguna parte, cogemos el móvil e intentamos mantener una conversación con una persona, el mensaje que leas, sean cuales sean las intenciones de la otra persona, tú lo vas a leer enfadada, porque ni estás escuchando el tono de la otra persona, ni la estás oliendo, ni la estás mirando, y ni si quiera puede darte una caricia porque os separa una pantalla, entonces, aunque la otra persona te ponga lo más bonito del mundo, tú al estar enfadada...lo vas a leer como un ataque contra tu persona. Así con todas las sensaciones, porque solo estas percibiendo lo que tu mente te expone, y es tu cerebro el que lee el texto como quiere aceptarlo. Es decir, tu estado es infranqueable, solo se basta con tus emociones bloqueando la del otro lado de la pantalla que, quizá, pudiese ayudarte a cambiar de emoción. ¡Y...cuántos mal entendidos no ha provocado esta situación! ¡Nos ha pasado a todos! Yo he llegado a leer la misma conversación en días diferentes, y a cada día he interpretado el texto como me ha dado la gana, y claro, te paras a pensar...¿Cuál es la entonación verdadera, qué enfoque le estaba dando la otra persona? ¡Ostras pues lo mismo estaba enfadada y lo leí mal! Dicho de otra forma, acabas leyendo e interpretando lo que más te conviene a ti, y no la realidad. Excluyes por completo a la otra parte, adquiriendo solo lo que te interesa. Algunos pensarán...¡claro! ¡Es que eso es lo mejor de las redes! ¡Yo escucho lo que quiero, leo lo que quiero y digo lo que quiero! Vale...pues entonces vive tu vida solo...porque si no vas a tener en cuenta las emociones de los demás...¿Para qué nos necesitas? Uy que va, demasiado complicado lo estoy poniendo...algunos ya se habrán perdido en las primeras líneas...

Total, que más o menos, he explicado un poco el entorno que nos rodea y el efecto que produce una pantalla, que mas que nada era para entrar un poco en materia y no soltar lo que voy a soltar a continuación ahí a boca jarro. Sí...ya...lo mismo me explayo demasiado dando tantas explicaciones, pero bueno ¿Qué más da? Me siento a gusto dándolas y ni me cuesta dinero ni a vosotros tampoco, y como ya dije antes, es mi blog y hago lo que me da la gana...estoy pesadita hoy...

¡Entramos en materia!

Gracias a la aparición de estas pantallas, también han empezado a aparecer los filósofos de la nueva era, centenares de maestros liendres, y millares de parásitos que se creen importantes basándose en unos corazoncitos al pie de una foto. ¡Y como no! También aparecen los "COVARDES Y BALIENTES" de la época. Venga, ya es hora de que explique esta falta de ortografía que a muchos nos hacen escocer los ojos jejeje

Las personas COBARDES CON B, desde mi opinión, son aquellas que nunca van a arriesgar nada por miedo a perder todo, y prefieren quedarse a vivir en una mentira, engañándose a sí mismas, pero en cierto modo, felices a su manera. Son personas que nacen cobardes y siempre lo serán, lo tienen asumido, quizá no todas lo reconozcan, pero lo tiene asumido. Las COVARDES CON V son aquellas que se creen valientes, o dicen ser valientes, pero a la hora de la verdad, a la hora de demostrarlo...huyen, se desentienden, se quitan del medio más rápido que un pestañeo, también tienden a calentar a otras personas que saben que hablarán por ellas, que darán la cara que les falta a ellos, pero siempre se mantienen en segundo plano, son astutas, eso sí, astutas y cobardes. Estas personas es muy extraño que lo reconozcan, de hecho, ni si quiera creo que se vean así mismas como cobardes ni como valientes. No se ven a sí mismas...dejémoslo así. 

¡Os toca BALIENTES! Uh...éstas son las que me alteran, las que me producen una inestabilidad e impotencia, que hasta el día de hoy, no sé cómo coño aguantarme las ganas de callarme y pasar de todo. Me pueden... Una persona BALIENTE CON B es aquella que se siente la más folclórica detrás de una pantalla, es capaz de decirte toda la verdad, bueno no, me corrijo, SU VERDAD, sin tapujos, sin censura y sin importarle una mierda si tú puedes contestar o no. Este tipo de individuos, tranquilitos a través de una pantallita, te exponen todo tipo de pensamientos, y si tienen que hundirte, te hunden, porque se sienten seguros, tú no puedes hacer nada, solo leerlos o escucharlos, y estas personas hablan y hablan, sintiéndose cada vez más fuertes y BALIENTES. Su pensamiento, en ese momento, es: mira que BALIENTE SOY que te estoy diciendo lo que pienso, no tengo miedo, me vas a escuchar, patatín patatán...y luego...se lo creen. Sí, sí, se lo creen. Ellos en su cabeza se creen que están haciendo lo correcto, que la conversación está teniendo lugar y que mantienen la situación bajo control porque son unos máquinas, unas personas super sinceras, no les tienen miedo a nada, son imparables...(Aquí he tenido la necesidad de poner una carita...¡Cuánto daño nos hacen las redes sociales! jejeje) Cuando cuentan lo que ha ocurrido, desde su perspectiva y su pantalla, lo exponen con tanta prepotencia que...¡Coño! ¡!Qué BALIENTES SON! ¿Y eso le dijiste? Sí, Sí, porque yo soy muy sincera ¿Sabes? No puedo callarme nada, yo soy así, y a quien no le guste que se vaya... (Frasecitas que todos hemos escuchado alguna vez...) Y claro, tú que ves a esa persona "cuerda" y medianamente en sus cabales, pues te crees que es una persona valiente y no BALIENTE. ¡Valiente mierda es lo que eres en realidad! Pero bueno, no voy a adelantarme...prosigo.

Las personas BALIENTES van por ahí con su cabeza bien alta, creyendo que son superiores, por eso mismo, porque son BALIENTES y como se engañan a sí mismas, pues también consiguen engañar a los demás. ¿Y cómo podemos desenmascararlas? ¡JA! De la forma más sencilla que existe, no contestes a través de la pantallita, expón que quieres hablar en persona ¿Qué crees que va a ocurrir? No lo van a permitir, no les interesa, no tienen agallas...inmediatamente le dan la vuelta a la tortilla haciendo que tú, que si quieres hablar en persona y dejarte de chiquilladas por medio de una pantalla, te conviertas en la persona cobarde, o la que esta haciendo las cosas mal, porque realmente, a esa BALIENTE no le interesa escuchar lo que tengas que decirle, esa BALIENTE solo desea escucharse a sí misma, su única opinión, no desea para nada, y teme mucho, conocer la opinión de la otra persona, porque...TIENE MIEDO. Es así de simple. Si tú realmente piensas algo, y deseas que otra persona lo sepa, no tienes ningún inconveniente en hablarlo en persona, como se ha hecho toda la vida, pero claro, si lo que realmente quieres, es quedar por encima de esa persona, y te importa una mierda buscar una solución o aclarar el problema...eliges ser BALIENTE porque gracias a la pantallita puedes serlo, nada te lo impide, ni si quiera tu conciencia, ya que piensas que estás haciendo lo correcto, cuando en realidad no es lo correcto, es lo que necesitas para sentirte superior a alguien, porque tienes tan baja la autoestima, que necesitas esa superioridad para creerte fuerte y BALIENTE. Sin embargo, la persona que se encuentra al otro lado de la pantalla, o es como tú y entra en tu juego y se monta ahí un pitote de patio de colegio que ríete de las peleas de sumo, o, la persona que esta al otro lado tiene un mínimo de coherencia, piensa con claridad, y decide no entrar al trapo, dejando la conversación a medias, dejando claro que si no es en persona no se mantendrá ningún tipo de conversación, o directamente bloquea y listo. Cuando se juega a diferentes niveles intelectuales...mas vale abandonar la partida.

¿Y quienes son las personas VALIENTES entonces? Pues valientes son las que lloran a solas, las que tragan con las injusticias pero no se dejan vencer, las que se tiran a la piscina sin mirar si esta llena o vacía, las que se levantan con lágrimas en los ojos pero ofrecen una sonrisa al mundo, las que dan todo sin tener nada, las que se caen y se levantan, las que se vuelven a caer y se vuelven a levantar, las que asumen sus errores, las que luchan día a día por ser mejor que ayer y no mejor que nadie, las que sufren en silencio, las que no callan, las que no varían su personalidad ni con pantalla ni sin pantalla, las transparentes, las que viven su vida sin perjudicar las vidas ajenas, las que se alegran de los logros de los demás, las que sufren con el dolor ajeno. VALIENTES las personas que no necesitan demostrarlo, porque lo son y punto, porque nacen VALIENTES, porque se hacen VALIENTES, porque aceptan el miedo, no huyen de él, lo aceptan y lo combaten, y si tienen que empezar mil veces de cero, pues empiezan, y si tienen que nadar a contracorriente, pues nadan sin ver la orilla, pero no dejan de nadar. VALIENTES las personas que prefieren morir de pie que vivir de rodillas, las que asumen su responsabilidad, las que no se mienten a sí mismas. De VALIENTES está el mundo lleno pero nadie habla de ellos porque no interesa.

Y creo que no es necesario explicar el título del post una vez llegados aquí, los que habéis llegado, y si lo tengo que explicar...entonces...¡ES QUE NO TE HAS ENTERADO DE NADA MARITRINI! 

COVARDES Y BALIENTES todos, dejar de joder a los demás, dejar de avasallar, controlar, y dirigir mentiras que solo vosotros mismos os creéis, y comenzar a autoanalizaros, a ser sinceros con vosotros mismos, honestos, que no pasa nada por asumir que eres de una forma o de otra, si de eso trata la vida, de eso se compone la sociedad, de la diversidad de caracteres, de pensamientos, cada uno tiene un lugar que nadie le va a quitar, dejar de crear esa enorme mentira para poder "vivir" tranquilos, asumid de una puta vez que no lo estáis haciendo bien y dejad que los VALIENTES Y COBARDES sigan sus vidas. Este mundo se va a la mierda y el ser humano será el primero en caer, lo estamos viviendo ya...joder, no perdamos la honestidad, seamos sinceros con nosotros mismos, que aunque en la mentira se viva mejor...no deja de ser una mentira y el mundo, es,
tan real...¿Qué necesidad de enturbiar más? Que ni tú eres mejor que yo, ni yo soy mejor que tú, ¡que no coño! ¡que la vida no es eso! ¡A VER CUANDO MIERDA OS ENTERÁIS YA! Todos somos seres humanos, todos nacemos y todos morimos, y nadie se va a acordar de ti cuando pasen 80 años...¿De qué te sirve vivir así? Yo no lo veo tan complicado...Sí, hay que luchar, hay que combatir batallas, pero con nosotros mismos, no intentes quedar por encima de nadie, pues nadie está intentando quedar por encima tuya. Cada cual que luche por sus metas, que lidie con sus miedos, que asuma sus responsabilidades, y si el de al lado lo consigue antes que tú...¡Alégrate! No sabes lo que ha tenido que pasar para llegar hasta ahí, al igual que los demás no saben lo que tendrás que pasar tú para llegar a las tuyas. 

Y si no te da la gana y quieres seguir viviendo a través de la puta pantallita de los cojones...pues muy bien, pero deja de joder a los demás. Sigue siendo BALIENTE o  COVARDE pero luego, cuando la vida te golpee...acéptalo, porque tú te lo has buscado.

Perdón si durante el post tiendo a hablar en femenino, esto no va de guerra de sexos, ni de inclusión ni nada de esas cosas de pantallitas que se llevan ahora, esto va de COVARDES Y BALIENTES, nada más, lo que pasa que soy una mujer y, sin querer, tiendo a hablar en femenino porque al escribir, es como si me estuviese hablando a mi misma. Es un pensamiento personal expuesto, nada más, pero para todo el que quiera leerlo, porque este es un blog donde la libertad de expresión, como su propio nombre indica, es para todos, tanto para la autora, como para los lectores que quieran dejar su opinión.

Nada más que decir por ahora...solo que...¡Qué asquito le estoy cogiendo a la sociedad! y...si podéis escoger...quedaros con ser VALIENTES Y COBARDES antes que COVARDES Y BALIENTES, ya conocéis la diferencia... 


4.11.24

¿Y QUÉ?

 No sé cómo comenzar. No sé cómo plasmar todo lo que quiero sacar. Millones de pensamientos aturullados en mi cabeza que desean salir, mi conciencia intentando plantar un orden para que sean comprendidas las palabras, y sin embargo...no consigo calmar mis ansias de escupirlo todo y que cada uno lo ordene de la mejor manera que pueda. Es complicado, porque por un lado se encuentran los sentimientos, el dolor, que también necesito sacar de mi para que deje de destruir mi alma, y por otro lado, toda la información que deseo transmitir, pero que quiero que se entienda, que quiero que las personas que lleguen a leer este post, comprendan lo que realmente intento exponer. Es complicado.

Podría, simplemente, machacar al gobierno con mis palabras, aunque no sirviesen de nada, aunque solo cumpliese la función de dejarme dormir por las noches, no pensar continuamente en esta desgracia que estamos viviendo todos los españoles. Podría expresar el sufrimiento, o intentarlo, aunque repitiese escritos, acontecimientos y divulgaciones, simplemente para apaciguar mi ira. Claro que podría, eso sería lo fácil, o incluso, lo correcto. Sin embargo...no es eso lo que quiero. ¿Y qué quiero? ¿Cuál es el planteamiento de la cuestión? ¿A dónde deseo llegar? ¿ A los corazones de las personas? ¿Y para qué? ¿No tiene ya cada cual en su interior esa vocecilla incómoda, llamada conciencia, que te dictamina las emociones? ¿Qué cambiarían mis palabras? ¿Qué aportarían mis pensamientos? No soy nadie, una persona más que intenta sobrevivir en este mundo cruel, en este país que se va a la mierda y que todos miran hacia otro lado, porque sabemos que ojos que no ven, corazón que no siente, y es lo más sencillo. Mirar hacia otro lado. ¿Y tú qué crees que vas a conseguir escribiendo lo que piensas sobre un tema que no interfiere en un papel sino en la vida misma? ¿Qué crees que ocurrirá cuando termines de leer este post? ¿Me darás la razón? Ah...bien ¿Me llevarás la contraria? Uy...que poca sensibilidad. ¿Qué cambia eso? ¿Qué aporta? Palabrería, empatía ¿? Al final acabaría siendo igual que a los que voy a criticar dentro de un ratito, desde mi casa hablo y hablo, doy mi opinión, me frustro, me desahogo, me...me...y venga me... ¿No acabaría enfocando el tema al "Yo" y dejaría a un lado lo importante? ¿Y qué es lo importante? De nuevo...¿Qué quiero decir? Porque si me he sentado aquí, frente al ordenador, he entrado en el blog y he comenzado a escribir...es porque quiero llegar a un fin, es porque quiero reivindicar algo, transmitir...Sí...¿Pero qué realmente?

Mis palabras no van a compensar a todas esas familias que lo han perdido todo. Mis palabras no van a encontrar a todos los desaparecidos. Mis palabras no van a limpiar todo el destrozo causado, no van a secar las lágrimas, no van a dar de comer ni vestir. Mis palabras no van a solucionar un puta mierda, y cuando una, es una persona con la integridad de buscar soluciones y no problemas, y se ve en esta tesitura, llego a tener asco de mi misma, porque siento que al escribir todo esto, me estoy escondiendo más que ayudando, cuando lo que realmente debería de hacer es tirar para allá, aunque sea con lo puesto, y ayudar físicamente en todo lo que este en mi mano. Y luego pienso, venga, vamos, a qué esperas, qué te lo impide. Pues el transcurro de la vida personal de cada uno, los problemas individuales, que ahora mismo comparado con lo que están viviendo otras personas...son pura bazofia. Que esto no es nuevo, que en el mundo siempre ocurren catástrofes, guerras...y que la vida de los demás, de los que no están afectados sigue...y como tal, hay que vivirla. PERO JODER, es complicado.

¿Me siento mal por la impotencia de estar mirando lo ocurrido a través de una pantalla y no poder hacer nada más que aportar comida y ropa? Sí...es ayuda, pero...no hace que me sienta bien. ¿Me siento mal porque pienso que cada español posee una parte de responsabilidad como ciudadano de ayudar a otras personas que no saben qué hacer? ¿Y quién sabe qué es lo que hay que hacer? ¿Quién nos dirige en la dirección correcta hacia la información adecuada para saber actuar en casos tan extremos como este? No te paras a pensar en situaciones así todos los días, porque lo primero que piensas es: Eso es muy difícil que ocurra aquí Hasta que al final ocurre y...¿Ahora qué? ¿Qué hacemos? Bloqueo, angustia, impotencia, dolor, mucho dolor. ¿Y si en lugar de a otra gente, nos hubiese tocado a nosotros? A los que estamos aquí, detrás de las pantallas, en los trabajos, en los parques, en los bares...¿Y si en lugar de estar viendo o escuchando lo ocurrido, lo estuviéramos viviendo? Y vuelve la angustia, la desesperación por querer ayudar, la impotencia de sentirse atados de pies y manos, y las lágrimas, que ya salen solas, que ni las sientes, solo eres capaz de sufrir por los demás, pero eso...no cambia nada, eso...sigue sin cambiar nada, y todo lo demás, lo ocurrido, la realidad, sigue estando ahí. Y todo empieza a convertirse en un bucle negro y pantanoso que no sirve de nada transmitir a nadie, porque todos estamos igual. Nada va a cambiar después de escribir todo esto, nada va a desaparecer y volver a la normalidad.

Y...otra vez...¿Y las guerras? ¿Y las demás catástrofes? ¿Y la vida? 

Pero de alguna forma tengo que calmarme, de alguna forma tengo que controlar toda esta mierda que quiere salir y que intento ordenar para que al menos se entienda, o siendo egoísta, para poder respirar sin que me falte el aire. Porque la ansiedad sigue estando ahí, y la impotencia...aparece una y otra vez, y grito, pero ¿Para qué? Otros gritos se escuchan de fondo.

Necesito escribirlo, no para cambiar nada, pero al menos, para que no se olvide. Para que cuando pasen los años y los recuerdos de esta angustia vuelvan a torturarnos, quede escrito y no se olvide. ¡Y quién podría olvidar algo así! Pues...se olvidará, como olvidamos todo lo demás. Como olvidamos los refugiados de Siria, como olvidamos las torres gemelas, como olvidamos el corona virus...siempre conseguimos olvidar, ó, no pensar en ello. 

¿Acaso pensáis que dentro de un año alguien sentirá el dolor que se está siento ahora? Solo los que están allí podrán, los demás...los demás miraremos para otro lado, tendremos otras preocupaciones, otras catástrofes. Los demás...habremos olvidado. Así es el mundo de verdad. En estos momentos, mientras escribo cada una de estas palabras, hay personas que el único pensamiento que tienen es sobrevivir, y yo aquí...escribiendo el dolor...CUANTA HIPOCRESÍA por mi parte, y por todas las partes de la humanidad.

¿Qué dices tía? ¡Qué dramática por dios! ¡En el mundo siempre pasan cosas malas! ¡Da las gracias porque no te toque vivir ninguna de ellas! A MI NO ME BASTA CON DAR LAS GRACIAS, NO PUEDO OLVIDAR. Y claro que en el mundo siempre ocurrirán desgracias, catástrofes, pandemias, guerras y mierdas, unas provocadas por el mismo ser humano, otras...que nos manda la tierra, que tiene que estar hasta los cojones de nosotros ya...¿Y qué hacemos? Pues...lo que estamos haciendo. Unos ayudan, otros critican, y los demás observan. La historia siempre se repite y la humanidad no quita la puta piedra con la que siempre acabamos tropezando. ¡Que alguien destruya esa piedra de los cojones ya por favor! ¡Que cambie algo! Aunque sea nuestro mísero comportamiento.

Uy uy uy, esta mujer no esta muy bien de la cabeza y se cree que con sus palabras enfadadas va a solucionar algo. OJALÁ. Ojalá solo bastase con palabras, esos significaría que el ser humano, al menos, ha evolucionado un mínimo. Pero para que las palabras surjan efecto, primero, hay que cambiar la mentalidad, el comportamiento, el conocimiento, y lo más importante, LA INFORMACIÓN.

Hace 4 años nos vimos inmiscuidos en una pandemia mundial. Uy que antigua...eso ya pasó. ¿Y? ¿Nadie se acuerda de todas las muertes? ¿ De todo el dolor y sufrimiento por el que pasamos? El encerramiento, la falta de utensilios y maquinaria médica, los sanitarios, el desconcierto, los negocios en quiebras, las familias carentes de unos ingresos mínimos para llevarse un trozo de pan a la boca, el miedo, sobre todo el miedo, las ausentes despedidas a los que nos dejaban, el bloqueo perimetral, la añoranza de los seres queridos, la austeridad de abrazos y besos, de contacto físico...En esos momentos el pueblo cuidó del pueblo. Nos ayudábamos de las formas más y menos ocurrentes, nos alimentábamos los unos a los otros con lo poco que teníamos en la nevera, nos escuchábamos, dábamos prioridad a la emoción, a la empatía. Intentábamos apoyar a todo el sector sanitario, y teníamos, casi como obligación, que salir al balcón a cierta hora para aplaudir a todas aquellas personas que se encontraban en el campo de batalla lidiando con ese puto virus que controlaba nuestras vidas.

SE VA A LIAR CUANDO PASE TODO ESTO. LA GENTE SE ECHARÁ A LAS CALLES Y EL MUNDO CAMBIARÁ. ¿Cuántas veces no escuchasteis algo parecido? LA GENTE SE ESTÁ DESPERTANDO. EL GOBIERNO NO AYUDA, EXTORSIONA. PRONTO VOLVEREMOS A TENER REVOLUCIÓN Y EL PUEBLO VOLVERÁ A SER EL MISMO PUEBLO QUE TANTO CONSIGUIÓ

Después de 4 años...ni se habla del tema. Nadie volvió a salir a la calle, nadie se quejó con la subida de impuestos, con los recortes, con las pérdidas de negocios. Nadie dijo nada. Todos callamos e intentamos seguir viviendo nuestras vidas enterrando esas vivencias para no volver a revivir el sufrimiento. Y olvidamos. Olvidamos tanto...que ahora, si sacas el tema...no te escuchan, te miran mal, les aburres. Pero la sanidad no mejoró, el problema no obtuvo solución alguna, fue el tiempo el que hizo que todo volviese a la normalidad...y ahora, si hacemos uso del recuerdo al mirar una mascarilla, incluso, a algunos se les dibuja una sonrisa ridícula en la cara, como pensando..."Una mala época pero ya pasó" EL PUEBLO SIEMPRE ACABA AYUDANDO AL PUEBLO, SIN EMBARGO, EL PUEBLO TAMBIÉN OLVIDA AL PUEBLO.

Vivimos el momento como podemos, improvisamos y lo hacemos lo mejor que podemos, pero...¿De qué sirve si luego olvidamos? ¿De qué sirve si no actuamos?

Ahora, esta nueva desgracia. De nuevo, llantos por pérdidas, dolor insuperable, desgracia inmunda. Acarreamos contra el gobierno, insultamos, agredimos, nos sentimos tan impotentes y desolados, que arremetemos contra los culpables, porque lo son, SON CULPABLES DE NO PROTEGER A UN PAÍS, AL PUEBLO. Nosotros confiamos en ellos, ó, nos dejamos gobernar permitiendo barbaries, incumplimiento de leyes, robos, engañándonos en una DEMOCRACIA FALSA, pero...las críticas hacia ellos...no faltan. ¡Ay que mal uso de la palabra hacemos! ¡Qué lástima de poder desperdiciado! PORQUE EL PUEBLO TIENE EL PODER, SIEMPRE LO HA TENIDO y sin embargo, no sabemos usarlo, nadie nos ha enseñado a usarlo. Nos escondemos tras señalar con el dedo. ¡Ese tiene la culpa! ¡Que mal lo esta haciendo! ¡A dónde iremos a parar! QUÉ COÑO PASA JODER. Estamos viendo que el pueblo responde por el pueblo cuando nos necesitamos, que si los de arriba no quieren ayudar, nosotros no esperamos a nadie, NOS AYUDAMOS. SALVAMOS VIDAS. NOS APOYAMOS. EL PUEBLO SIEMPRE MIRA POR EL PUEBLO. ¿Pero qué cojones pasa después? ¿Por qué agachamos la cabeza y dejamos pasar toda esta mierda? ¿QUE COÑO PASA? ¿POR QUÉ VOLVEMOS AL PUNTO DE ORIGEN COMO SI EL TRABAJO SUCIO LO HUBIESEN HECHO ELLOS? NO JODER. EL TRABAJO LO ESTAMOS HACIENDO NOSOTROS, NO ELLOS, TENEMOS EL DERECHO Y EL DEBER DE SEGUIR LUCHANDO POR EL PUEBLO.

Mientras la mayoría está ayudando como puede, esos que dicen saber dirigir un país, están tan tranquilos preparando el discursito que darán mañana para, según ellos, calmarnos, pero es que ni eso coño ¿Calmar qué? ¿El dolor? ¿Las pérdidas? ¡Que carajo van a calmar tus sucias palabras mentirosas! ¡Dime! ¡Contéstame! Cojo tus palabras para limpiar todo el fango que corre por las calles de Valencia. Utilizo tus discursos para encontrar a los desaparecidos. ¡DIME! ¡CUENTAME QUÉ HAGO CON TUS PALABRAS! 

A mi, por las mías, podrán, incluso, sancionarme, y ya sería el colmo de todo, que no pueda expresar esta maldita rabia que corre por cada vena y arteria de mi cuerpo. Pero claro, mis palabras sí que no valen una mísera mierda, dirán que aliento a una rebelión, que incito a revolucionar, que protestar y decir la verdad es un delito, porque ellos, que se creen que con discursos hacen su trabajo, seguirán chupando del bote, seguirán atemorizando y controlando a las masas, y seguirán teniendo sus mercedes y sus chalets, mientras intentan convencernos de que un gobierno lo hará mejor que el otro, cuando el pueblo, ciego, no entiende que es la misma CACA ENORME DE SIEMPRE que nos baña con aromas de esperanza. Pero el pueblo sigue sufriendo, y sigue lleno de fango hasta el cuello. Y Valencia...¡Ay Valencia! ¡Ay esta desgracia que se nos ha venido encima y que ya no tiene remedio! ¡Que triste todo! ¡Qué impotencia más grande! Las palabras, tan poderosas a veces, tan necesarias, se convierten en ceros a la izquierda. Pero ellos siguen pensando en el contenido de la información que nos meterán mañana, y pasado, y el otro...hasta que el pueblo comience a olvidar de nuevo...

QUE NO TENEMOS DEMOCRACIA, QUE TENEMOS UNA OLIGARQUÍA, QUE LA DEMOCRACIA NO ES ESTO, LA DEMOCRACIA EXISTE PERO NO EN NUESTRO PAÍS.

Nos han engañado, desde hace muchos años, y nosotros, por vivir en paz, por intentar disfrutar como podemos de una vida tranquila, los dejamos hacer y deshacer, y no, esto...no tiene porque ser así. SI EL PUEBLO ES CAPAZ DE AYUDAR CUANDO NADIE DE LOS QUE NOS GOBIERNAN LO HACE, EL PUEBLO TAMBIÉN PUEDE COMBATIR Y ECHAR. EL PUEBLO DECIDE.

¡BASTA YA! ¡DESPERTEMOS POR FAVOR! Estamos comprobando que podemos hacerlo solos, que si todos nos unimos, somo capaces de salir adelante. UNÁMONOS PARA TODO, VOLVAMOS A SER EL PUEBLO QUE UNA VEZ LUCHÓ POR SUS DERECHOS, LUCHÓ POR LLEGAR A SER HUMANIDAD y no la basura en la que nos estamos convirtiendo por culpa de una política mal dirigida, mal gestionada, una política que ha dejado de ser política.

¿Es que acaso España no tiene los recursos suficientes como para ayuda en su máxima potencia? ¿Es que todo ese control mediante las redes, micrófonos y drones no se pueden utilizar para un bien común y ayudar? ¿Dónde están las fuerzas especiales? ¿Dónde los que velan y protegen al pueblo? ¿Dónde esta la maquinaria para salvar vidas? ¿Y qué es eso de que intentan ayudarnos desde otros lugares y no los dejan? ¿CÓMO QUE NO LOS DEJAN? ¿Ahora hace falta permiso para ayudar? Bomberos, policías, militares...todos preparados para ayudar, y sin embargo, NO LOS DEJAN.

¿Eso como va ser mujer? La tele dice...¡JA! ¡Me río yo de la información que están dando por la tele! Cuando la gente, la que está allí, desesperada, utilizan sus propios teléfonos, sus propias redes, para comunicar a los que estamos lejos, de lo que está ocurriendo de verdad. Imágenes, videos, audios...a cada cual más aterrador ¿Quién puede seguir haciendo lo que hace todo los días después de escuchar algo así? ¡QUIÉN! Es aterrador, me repito, porque no puedo ni soy capaz de utilizar otro adjetivo. La situación es aterradora.

Y sí, tras publicar este post, lo compartiré en cada red social que poseo, y no para llegar a nada, ni conseguir nada, de hecho, ni si quiera quería compartir nada, pero después de la visita de nuestro rey y nuestro presidente del gobierno...no puedo estar callada. Y sí, soy consciente que así ni ayudo, ni cambio nada, pero al igual que el que ha tenido a estos personajes en frente y lo único que ha podido hacer es cagarse en su puta vida y como mucho lanzarle lo primero que ha pillado, yo, una don nadie más, también es lo único que puedo hacer hacia esta injusticia e impotencia. 

MUCHO APOYO A TODOS LOS QUE ESTÁIS SUFRIENDO Y AYUDANDO. 

…Y GRACIAS.


25.9.24

Desapercibida

NOTA: Esto que vais a poder disfrutar a continuación, lo escribí hace unos meses, me encontraba en una situación complicada, de esas en las que solo puedes ser un punto de apoyo para alguien(en este caso una de las personas más importantes en mi vida)
, pero...no puedes tomar tú la decisión. Sufres de igual forma o con más intensidad, ya que la impotencia absorbe todo su ser. Este texto lo escribí en cuestión de segundos, casi fue más un escupitajo, necesitaba sacar todo lo que tenía en mi interior. Ahora, todo esta bien, por eso lo comparto, y como creo que quedó bastante bonito, pues he querido convertirlo en audio, la lástima es que Blogger no permite incluir solo audios, por eso he tenido que introducir video, sin embargo, queda igual de bonito, o al menos a mi me ha gustado. ¡Disfrutad!



 A veces deseo pasar desapercibida para la vida. Estar viviéndola, porque no me queda otro remedio, pero de un modo alejado, que ella no me vea a mi. Que ocurran cosas, como hasta ahora, buenas, malas...me da igual, pero que no alterase mi existencia. Que a mi no me tuviese en cuenta. Como estar en un cine, te sientas, con tu bolsa de palomitas y simplemente eres un mero espectador, lo que ocurre en la pantalla no te afecta, y si no quieres, no tienes porque sentir nada, simplemente te limitas a ver la película con la seguridad y la tranquilidad de que la película y lo que ocurra dentro de ella, no te afectará.

Como me gustaría que la vida no me tuviese en cuenta, que se olvidara de mi. que pasara de largo por encima de mi cabeza y yo, desde lo bajito y sin hacer ruido, observarla sin mas, ni si quiera opinaría sobre ella, simplemente la observaría pasar, unas veces ajetreada, otras tranquila, pues como pasa siempre la vida. Porque la vida no se detiene, o te arrastra, o te deja atrás, pero siempre pasa, transcurre. La vida vive.

Y a veces, pues eso, me imagino cómo sería si pasara por encima de mi sin rozarme, sin mirarme, sin ni si quiera saber mi nombre. Cómo sería, si por al menos un día, ella no fuese capaz de encontrarme, que me dejase en paz, ni para lo bueno, solo...que me dejase vivir, a mi manera, a mi tiempo. Cómo sería.

Cuando era pequeña y aun estaba en el cole, recuerdo que ya tenía este pensamiento. La maestra cogía la lista de la clase, y pensaba en nombrar a uno de nosotros, pues supongo que para lo normal en un colegio, salir a hacer la tarea, leer algo...y yo, en esos segundos, deseaba con todas mis fuerzas que mi nombre no estuviese en esa lista, que no lo viese, que pasase desapercibido. Yo ya estaba allí, presenciándolo todo, pero no quería que ella me viese a mi, no quería que nadie me viese. Por entonces apenas conocía ese sentimiento, sin embargo, aparecía en mi interior todas las mañanas, cada vez que la profesora alzaba ese trozo de papel con nuestros nombres. 

¿Y correr el riesgo de perderme lo bueno de la vida? Esas sensaciones tan maravillosas que, incluso, nos hacen reír. ¿No es eso lo que hace querer vivir la vida? Llamar su atención. Para poder vivir las cosas buenas. Sí. Esta parte también es tentadora,  por eso cuando dejé de ser una niña, quise que la vida se fijara en mi, como todos, supongo. Durante muchos años llegué a pensar así, que la vida me destaque, que mi paso por ella no sea en valde, hacer ruido, escándalo, pero para nada pasar desapercibida, eso era lo último que deseaba. Quizá eran otros tiempos, o quizá era otra mente la mía. No lo sé. Pero quise que la vida me tuviese en cuenta para todo, tanto bueno como malo, solo deseaba vivir cada minuto con las misma ganas intensas.

Es curioso, porque ahora, sin haberlo planeado, vuelvo a la niñez, vuelvo a desear que mi nombre no esté en aquella lista. Solo que ahora no tengo 6 añitos, ni 10, ahora pienso con conocimiento y no con aquella inocencia que me indicaba, sutilmente, que lo tenía en mi interior no era otra cosa que miedo. Miedo a que pronunciase mi nombre y tener que salir delante de todos mis compañeros. Por aquel entonces era desconocedora de la vida, de todo lo que conlleva. Desconocía el sufrimiento, el dolor, el miedo, y si tenía consciencia de ello, era incapaz de experimentarlo como ahora, con la sabiduría del tiempo.

Quizá por ese motivo, cuando pienso, ahora, y deseo, pasar desapercibida para la vida, es porque haya descubierto que las cosas buenas que te aporta la vida, también te las puede arrebatar, es lo que tiene la vida.

Lo que quiero decir, es que contando con el equilibrio existencial, donde la vida misma, es capaz de aportarte lo más bonito y maravilloso del mundo, también tengo que aceptar lo más malo y desastroso, y es eso, especialmente, lo que me hace desear pasar desapercibida. Que si para tener lo bueno, también tengo que tener lo malo, no quiero ni lo uno ni lo otro, solo sé que quiero vivir, pero no quiero que la vida me vea.

Y no hablo de estar postrada en una cama, no hablo de depresión, ni de dejar de luchar. No hablo de males, ni de miedos, no hablo de rendirme. Simplemente, pues eso, pasar desapercibida, y quizá correría el riesgo de no tener nada contar, nada de que hablar. Sin embargo no me importa, no me afecta si eso ocurriera, porque el deseo y la necesidad de ver pasar la vida de lejos sin que ella se fijase en mi, es otro forma de vivir, es otra manera de querer vivir.

Solo es un pensamiento, un deseo. Es imposible pasar desapercibida por la vida, concretamente porque no está en mis manos, no depende de mi, no puedo ni controlarlo ni evitarlo, simplemente es así, y por consiguiente, debo aceptarlo así. 

Yo no decidí llegar a este mundo, igual que no decidiré cuando marcharme, será la vida quién decida por mi, mientras tanto, seguiré viviéndola como me enseñaron, como aprendí, de la única manera que sé, aunque en mis deseos más profundos siga codiciando pasar desapercibida, y que mi nombre desaparezca de esa lista.

NOTA 2: Y nada decir que este pequeño post...es realmente un regalito para acompañar el enlace que os dejo a continuación, dónde podéis adquirir mi nueva novela "Transparente" la cual me ha costado mucho publicar, que no escribir. Y me gustaría mucho, queridos lectores, que la leáis y disfrutéis de ella tanto como yo al escribirla. Pertenece a una trilogía (solo faltaría la última parte que aún está por escribir, la primera parte "Transeúnte" también la podéis encontrar en el enlace a través de Amazon) ¡¡GRACIAS!!

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20.5.24

RELATO: La Puerta Entre Margaritas

 Una mañana como otra cualquiera, paseaba junto a Kimbo por las afueras de la ciudad. Como era nuestra fecha preferida, nuestros paseos se alargaban un par de horas más de lo común. Kimbo disfrutaba el doble, y yo, disfrutaba con su felicidad perruna. Nuestro paseo seguía siempre la misma ruta, bajábamos la calle principal hasta llegar a la salida del pueblo, luego, andábamos unos minutos más, y llegábamos a un cruce con dos caminos. Kimbo era el que me dirigía, y siempre escogía el mismo sendero que nos llevaba a un campo enorme plagado de tulipanes y narcisos, y en esta época del año, donde el sol calentaba lo suficiente para no hacernos sudar, aquel lugar desprendía una magia diferente al invierno.

Sin embargo, aquella mañana, Kimbo, más revoltoso y ansioso de lo habitual, escogió el otro sendero. Al principio pensé que se había despistado por algún olor nuevo que había llamado su curiosidad, y que una vez dado algunos pasos, volveríamos hacia atrás para tomar el mismo camino de todos los días. Pero no, Kimbo no hizo el mínimo intento de volver sobre sus patas, y conociendo la testarudez de mi perro, decidí seguirlo sin rechistar.
A primera vista, el camino era muy similar al que cogíamos todas las mañanas, exceptuando algún que otro árbol diferente, margaritas blancas y amarillas, y un pequeño riachuelo que podíamos escuchar a lo lejos pero que nuestra vista no alcanzaba a ver.
Anduvimos durante largo rato y el camino parecía no llevar a ningún sitio. Empezaba a desesperarme y echaba de menos mi campo relleno de tulipanes y narcisos, pero Kimbo seguía olisqueando cada piedra que encontraba sin inmutarse de mi desesperación por llegar a algún lugar donde poder tirarme y descansar bajo la sobra de cualquier árbol.
Cuando llevábamos mas de media hora caminando, nos cruzamos a un señor muy bien vestido para ir por el medio del campo. Vestía un traje azul marino con una camisa celeste que remataba con una corbata turquesa, lisa pero bastante llamativa. Sus zapatos eran negros y se veían recientemente nuevos, pues el brillo que reflejaban con el contacto del sol, producían en mis ojos un destello peor que los faros de los coches en plena noche. 
El señor, con andares rectos y semblante de póker, miró a Kimbo de soslayo, y luego, me dijo un "Buenos días". Evidentemente, lo correspondí con otro "Buenos días".

Tras más de una hora caminando, Kimbo paró en seco, me miró con su larga lengua fuera, y luego, como si algún insecto le hubiese picado en el trasero, echó a correr camino arriba. Silbé y silbé para que volviese a por mi, pero Kimbo no volvía.
Aceleré el paso. El camino se había convertido en una cuesta que llegaba a una pequeña colina, y me dio esperanzas. Quizá, detrás, encontraría un buen lugar para poder, al fin, tumbarme y descansar. Mientras tanto, no dejaba de silbar para que mi perro tuviese la decencia de venir a buscarme y poder hacer juntos los últimos pasos del camino. Pero Kimbo no volvía. 
Al llegar a la cima de la colina, tal y como era de esperar, tras ella, me encontré frente a un prado enorme, verde como la esperanza, y en lugar de estar decorado con tulipanes y narcisos, dónde no había verde, había miles y miles de margaritas. El panorama era precioso.
Antes de disponerme a bajar la colina para buscar un sitio donde descansar, intenté visualizar a Kimbo, que supuse que estaría como loco oliendo y saltando entre margaritas. Silbé un par de veces más, pero Kimbo no se veía por ninguna parte. No quise dar paso a la preocupación, consideraba a mi perro lo suficientemente inteligente como para no perderse, y sabía que tarde o temprano, regresaría en mi búsqueda.

Escogí un claro diminuto, pero lo suficiente grande como para estar tumbado sin perturbar a ninguna margarita. El lugar estaba un poco inclinado, no llegaba a convertirse en colina, pero si parecía ser una dunita, lo que me permitía estar tumbado e incorporado a la misma vez, para poder apreciar tan estupendo paisaje que rodeaba mi presencia. El aroma era tan perfumado que me daba la sensación de estar en la perfumería de los grandes almacenes del pueblo. Una fragancia fresca y única que hubiese sido capaz de curar cualquier mal de dolencia física, o incluso, mental. Se estaba en el paraíso, y si soy sincero, olvidé con rapidez a mis tulipanes y narcisos.

El ladrido de Kimbo me hizo incorporarme de una pequeña siesta que se apoderó de mi cuerpo sin consultarme. Me puse ligeramente de pie para alcanzar con la vista todo el prado. Escuchaba a Kimbo, pero desde mi posición, no lograba ver dónde estaba exactamente. Afinando mis oídos y sin dejar de silbar, iba siguiendo sus ladridos. No tenía prisa por llegar a donde mi perro me llamaba, pues sabía que sus ladridos no eran de ayuda, mas bien de "He encontrado algo". 
Cuanto más andaba, mas altas eran las margaritas. Comenzaba a pensar que me sería complicado encontrar a Kimbo entre tanta margarita alta. El olor también se intensificaba según me adentraba, tan potente se estaba volviendo, que, incluso, me produjo una especie de mareo que logré controlar, colocándome el pañuelo que me regaló mi padre por encima de la nariz y la boca.


Haciendo que pegase un saltito de sorpresa, Kimbo apareció entre las enormes margaritas, con su cara de felicidad y su movimiento inquieto de rabo. Enganchó mi sudadera entre sus dientes y tiro de ella, haciéndome andar con más aprisa. Me condujo hacia un nuevo caminito, estrecho y con muchas piedrecitas, tan pequeñas, que me dio la impresión que habían sido colocadas expresamente de aquel modo, como si le hubiesen querido dar un significado. Llegamos a una puerta, y Kimbo, me hizo parar frente a ella. Sentado a mi lado, observaba con detenimiento. Primero pensé que habría visto algo al otro lado de la puerta, un conejo, un caballo, cualquier animal inalcanzable para él, y me estaba pidiendo que abriese la puerta para poder alcanzar su objetivo sin dificultad. Pero no era el caso.
La puerta era más bien un verja con forma de puerta de medio punto. Tenía un candado enorme. Apoyé mis manos sobre ella, y obviando el candado, empujé. No obtuve resultado alguno, solo la impaciencia de mi perro.
Le dije "Chico, esta cerrada, no podemos pasar, así que corre por ahí y déjame descansar un rato" Kimbo me ladró. Volví a empujar la puerta, de nuevo, con el mismo resultado. A través de la reja, acercando un poco más la cara, a lo lejos, podía observarse una casita de madera. Kimbo debió advertir mi descubrimiento, pues casi al mismo instante, se puso de pie y volvió a mover su rabo con entusiasmo. Estaba claro que Kimbo deseaba entrar, y por alguna extraña razón, también deseaba que yo entrase con él, pero mis intenciones no se acercaban a las suyas, yo quería volver a la dunita, tumbarme entre las margaritas interminables y dejarme mecer por su aroma.

Justo cuando me dispongo a dar media vuelta y dejar a mi perro con su obsesión por aquella puerta, observo que no hay muro a los lados de la puerta, es decir, solo estaba la puerta. A la derecha margaritas, a la izquierda, margaritas, sin muro, sin pared, ni si quiera el atisbo de que antes hubiese alambrada, y entonces, pensé, que quizá podríamos rodear la puerta y llegar a dónde Kimbo deseaba.
No obstante, cuando marqué un par de pasos a mi izquierda con esa intención, observé que la casita desaparecía ante mis ojos. Primero pensé que se trataba de un efecto óptico, que las mismas margaritas escondían la casa y por eso solo era capaz de visualizarse a través de la puerta. Así que me trasladé hacia el lado derecho. Mi sorpresa fue que ocurría exactamente lo mismo que en el lado izquierdo, la casita de madera desaparecía. 
Miré a Kimbo como buscando una respuesta, pero él no quitaba sus ojos negros del frente mientras que movía su rabo de un lado a otro. 
Como quería comprobar que no era yo solo el que veía la casita a través de la puerta y que luego dejaba de verla, empujé a mi perro hacia el lado izquierdo para que también comprobara que no había muro, y por lo tanto, si lo que deseaba era entrar, podía hacerlo sin ninguna dificultad. Sin embargo, Kimbo me gruñó, y comenzó a pegar saltos, como si algo le impidiese ver la casita que a lo lejos nos esperaba.
Me rasqué la cabeza en busca de una respuesta, pues aquel extraño suceso me estaba volviendo loco.
¿Cómo era posible visualizar la casita mediante la puerta y luego, carente de muros, la casita no aparecía y mi perro se negaba a cruzar?
De pronto, tras nosotros, escuchamos unos pasos. Cogí a Kimbo por su collar y lo arrastré lejos de la puerta. Obligado, pues a Kimbo le gustaba tomar sus propias decisiones y no toleraba que yo eligiese el camino para andar, conseguí trasladarlo hasta la dunita que antes me había acogido en su verde y húmeda tierra. Desde allí, ambos, podíamos ver perfectamente la puerta, y al fondo, la casita de madera. No se como, Kimbo se quedó relajado. Se tumbó a mi lado, pero sin dejar de mirar aquella extraña puerta.
Los pasos que había escuchado minutos antes, resultaron ser del mismo señor que nos habíamos cruzado por el camino, e imaginé que aquella casita sería su hogar, y por lo tanto, aquella parcela sin rejas ni muros, solo con una puerta, le pertenecían. 

El señor del traje azul llegó hasta la puerta, y cuando esperé que directamente entrase por uno de los laterales, me dejó boquiabierto cuando en su lugar, sacó una llave de su bolsillo y abrió el candado que mantenía la puerta cerrada, la traspasó y luego, volvió a colocar el candado tal y como estaba. Vi como se alejaba con tranquilidad hasta la casita de madera, hasta que se introdujo en ella y no volvió a salir.
Aquello me produjo un escalofrío, y Kimbo debió sentirlo también, pues acto seguido se puso de pie y con un ladrido seco, me indico que era hora de marcharnos a casa.
No pegué ojo en toda la noche, pensando continuamente en la puerta con candado, y en lo extraño que resultaba todo lo que había observado aquel día.

A la mañana siguiente, Kimbo volvió a escoger el camino de las margaritas, y a mitad de camino, volvimos a encontrarnos al señor del traje azul. Una vez más mi perro me llevó hacia la puerta, volví a comprobar que tenía candado, que no tenía muros, pero por alguna extraña razón, la casita de madera no se visualizaba ni a la izquierda, ni a la derecha, y mi perro, seguía en su insistencia de querer entrar. Tal y como ocurrió el día anterior, volvió a aparecer el señor del traje azul, volvió a sacar su llave para abrir el candado, y lo perdimos de vista cuando entró en la casita de madera.


Mañana tras mañana se repetía el mismo proceso. Y cada vez me resultaba más complicado de entender. Llegué a la conclusión de que me estaba volviendo loco, o que la realidad era otra y tanto yo como mi perro, nos habíamos convencido de algo que no existía.
El señor del traje azul, puntualmente todas las mañanas, hacía la misma gestión, se cruzaba con nosotros durante el camino, luego volvía a la puerta, sacaba la llave, abría y volvía a colocar el candado, por último, se introducía en la casita de madera.
Incluso, tan preocupado me tenía el tema, que decidí preguntar a la gente del pueblo, pero por desgracia, nadie conocía ni al señor de azul, ni el prado de margaritas, ni la puerta con candado, y mucho menos, la casita de madera.

La situación comenzó a ser preocupante para mi, comencé a obsesionarme, soñaba con la puerta, con el señor del traje azul, y con todo lo que tuviese que ver con la casita de madera. No comía, no dormía, y lo que siempre había sido un paseo mañanero con mi perro, se convirtió en un espionaje tanto para mi como para Kimbo, que llegó a obsesionarse tanto o más que yo. 
Ambos habíamos olvidado nuestro anterior prado de tulipanes y narcisos, ya solo teníamos ojos para las margaritas. Me sacaba de quicio tanto blanco, tanto verde y tanto olor a margarita. Cada día lo detestaba más, sin embargo, no faltábamos ni una sola mañana, consumiéndonos, tanto Kimbo como un servidor, en una obsesión estúpida y sin sentido.

Hasta que un día, cansado de perder mi tiempo en algo que era incapaz de solucionar por mi mismo, decidí esperar al señor de azul justo en la puerta del candado. No sabía exactamente para que lo esperaba, pues ese señor y yo no nos conocíamos de nada, solo nos unía un "Buenos días" y una especie de misterio con la puerta que esperaba aclarar en cuanto lo viese venir.
Como todas las mañanas, el señor del traje azul apareció en la puerta, y justo antes de que pudiese abrir el candado, mientras sacaba la llave, Kimbo y yo salimos de entre las margaritas. El señor del traje azul ni se inmutó de nuestra presencia, buscó el candado y se disponía a abrir la puerta como todas las mañanas, y entonces, me armé de valor, y con el tono más suave que pude poner, intentando calmar mis ansias de saber de una vez por todas las respuestas, le pregunté:

-Disculpe la intromisión señor, pero me encantaría saber porque todas las mañanas usted saca una llave y abre el candado de la puerta para poder llegar hasta su casa, cuando podría coger por un lateral y ahorrarse el tiempo en abrir y cerrar candados.

El señor del traje azul, por primera vez, me miró directamente a los ojos, y con una sonrisa entre maliciosa y escondida, con una voz suave y tranquila, me respondió:

-Porque los candados deben abrirse con su llave correspondiente, y las puertas, están, querido señor mío, para entrar y salir de lugares. Buenos días.





7.1.24

Siete De Enero

 
Feliz Navidad  Falsedad

Ya que la Navidad, junto con todo lo que abarca, es un tópico, ¡Qué digo tópico! TOPICAZO. Pues no he visto mejor forma de comenzar este post que con otro de los topicazos más dichos en estas fechas: Feliz Falsedad. Siempre me he preguntado si la gente que dice esta frase es porque realmente siente que la Navidad es una farsa, o la dicen en modo de broma por llevar un poco la contraria a lo que llaman la felicidad en estos días. Me queda la opción de preguntar, pero luego pienso: si no se dicen la verdad a ellos mismos, ¿Cómo me la van a decir a mi? Acabarían por pronunciar las palabras que mis oídos quieren escuchar...
Yo, como bloguera aburrida que soy, si voy a argumentar el Por qué  pienso y siento que la Navidad es una farsa.
La Navidad, como todo el mundo sabe, es una celebración religiosa donde se festeja, principalmente, el nacimiento del niño Jesús, es decir, Cristo. Dando por hecho que todos conocemos la historia de la señora Virgen y su alumbramiento, obviemos esta parte más que popular entre las masas, aunque recurramos a parte de la historia para argumentar dicho pensamiento.
La primera falsedad con la que me topo nada más pensar en el tema, es que, realmente, dicha celebración religiosa es austera. Es decir, carente de lujos y derroches, ya que el bebesito, proviene y nace en una familia pobre, en un lugar más pobre aún, y rodeado de más pobreza y miseria. Sin embargo, nosotros, en la actualidad, desde hace bastantes años hasta aquí, no dejamos de celebrarla con lujos y gastos innecesarios, con una pomposidad extravagante y desorbitada que cada vez, mi mente, resuelve con más complicación. Adornos excesivos en ventanas y balcones, que cuando vas a dar una vuelta por cualquiera de los barrios de tu zona, incluso es conveniente pasar con gafas de protección avanzada si no quieres correr el riesgo de quedarte ciego. Regalos carísimos y superficiales, y en alguna que otra ocasión impuestos y obligados, que no demuestran nada hacia las personas a quienes van dirigidos. Cenas y comidas abundantes y devastadoras, que crean un ambiente cuantioso y barroco sobre los alimentos en sí. Alimentos, que en cierta forma, no suelen comerse durante todo el año, y mucho menos en cantidades tan pletóricas, quizá por la valía económica, o quizá, y yo lo desconozco, porque solo este permitido en estas fechas. Y si nos adentramos y acercamos un poco más a la actualidad, también debemos nombrar la especie de competición que se ha creado en las redes sociales de a ver quién sube la foto de la mesa con más comida, cara y apetitosa, del año. Si no hay foto de la mesa de noche buena o de fin de año, es como si no hubieses celebrado la navidad. O algo así.
Bien, ahora cojamos todo esto que acabo de soltar, lo convertimos en una especia de diagrama, y lo colocamos justo al lado de lo que es la Navidad realmente. ¿Tienen algo que ver? Si me piden que encuentre las similitudes, puede que me lleve días, o incluso semanas, encontrar alguna. Sin embargo, si jugásemos al juego de encontrar las siete diferencias, pues me sobran treinta y cinco.
Para dejar amarrada una parte de la conclusión de este pensamiento, dejaré escrito, que, en definitiva, la Navidad, que trae luz, amor y paz, donde se valora el tiempo en familia y los seres queridos, donde la bondad habita en cada casa y en cada corazón, y lo verdaderamente importante es ser buenas personas y tratar a los demás de la mejor manera. Se ha convertido, bueno...vamos a hablar con propiedad, la hemos convertido, en un conjunto de dinero mal gastado con personas a las que no vemos durante todo el año y a las que debemos de apreciar y admirar durante el tiempo estipulado que marca esta fecha. Cuanto más gasto se aprecie, y más gente haya a tu alrededor, más Navidad es.
Mientras tanto, en la realidad, fuera de esta película de Tim Burton que nos hemos creado sin querer, o queriendo, (ya no se que pensar) las guerras siguen, la necesidad sigue, los precios siguen subiendo, todo sigue...todo lo que cada día en el mundo sigue su curso, en Navidad, también.
¡Pero
No importa porque es Navidad, y la Navidad, es alegría.
¿Alegría? Pregúntale a esa persona que lleva ingresada en el hospital dos meses, o a esa otra persona que perdió un ser querido, o a esa otra que está sol@ y no tiene con quién y con qué festejar nada, y etc, etc, etc...La Navidad lo único que hace y aporta a dichos sujetos, es recordarles lo injusta y mierda que es la vida, bueno la vida no, la forma en la que vive la sociedad. Haciéndolos sentir más sol@ que nunca, y recordándoles constantemente durante este período navideño, que sus vidas no valen igual que la de los demás. Y sin querer, se ven marginados por una sociedad y una festividad, que supuestamente reivindica el amor, la generosidad, la paz... y dónde la humanidad, en estas dichosas fiestas, debería de insertarles, y no hacerlos sentir más apartad@s y desdichad@s que en todo el año. Quién si no dice esta frase: ¡Que ganas tengo de cerrar los ojos y que sea ya siete de enero! Pues aunque sea una de las frases más dichas, también, en estas fechas, realmente las personas que las pronuncian...odian la Navidad, pero por no sentirse excluidos, por no ofender a nadie, o simplemente por costumbre de tantos años aguantando la misma farsa, pues acaban colmando sus mesas de gastos innecesarios, vaciando sus bolsillos de un dinero que no tienen, y sonriendo y actuando con personas que están deseando quitarse de la vista. Sí. Todo esto es la Navidad.


Segunda Falsedad que aprecio, centrándome un poco más en las personas, aunque ya hemos nombrado algunos de los inconvenientes, me gustaría enfocarme un gradito más.
Si algo he aprendido desde que tengo uso de razón sobre las personas, es que somos inconformistas y contradictorios por naturaleza. No obstante, si todo fuese bien, es decir, si tomásemos una educación adecuada, aprendiésemos de nuestros errores, intentásemos conocernos mejor a nosotros mismos y lográsemos dar la verdadera importancia a los valores fundamentales, quizá, solo entonces, esa inconformidad y contrariedad quedarían reducidas hasta el punto de desaparecer, y por consiguiente, conseguiríamos vivir en una estupenda armonía con la tierra, con la humanidad y con nosotros mismos. Dicho en otras palabras, vivir en una Utopía.
La Navidad requiere que las personas sean amables entre ellas, que se ofrezcan ayuda desinteresada, una comprensión, que la empatía aflore en cada esquina...no digo que esto no suceda, siempre hay excepciones. A lo que me quiero referir, basándose exclusivamente en el comportamiento humano, es, que en Navidad, aparecen seres bondadosos, que durante todo el año han estados escondidos y ocultos en paraderos aún desconocidos para mi, que se dedican a llevar comida a las personas sin hogar, a ayudar a los abuelos de un asilo, a divertir a los niños en los hospitales, etc, etc, etc Acciones magníficas y aplaudibles que deberían efectuarse durante todo el año y no solo en estas fechas. Sin embargo, si realizas este tipo de acción en Navidad, se ve que subes puntos en algún ranking(también desconocido para mi) y te hace sentir mejor persona. Pero luego, te encuentras a estos seres en los centros comerciales, empujando y casi pisando cabezas, por conseguir el mejor regalo antes de que se lo quiten de las manos y quedar en mal lugar, o abandonando a su mascota porque necesita irse de viaje y como no ha encontrado con quien dejarla...pues alguien se hará cargo de ella que para eso hay tantas protectoras... ¿Veis la contradicción y la falsedad? Pues todo esto, también es la Navidad.

Tercera falsedad considerable para aportar a esta entrada que tanto me esta gustando escribir, es la absoluta imposición de la festividad. Vamos a aclarar esta parte. Hemos dicho al principio que la Navidad se trata de una festividad religiosa, o al menos que proviene de ahí, pues como todo lo relacionado con la religión, uno puede creer o no, y no pasa nada. Pues sí pasa, porque la Navidad, como muchos ya habrán podido deducir, de religioso tiene poco. 
Vamos a explicarlo de otra forma que creo que me ha quedado un tanto dubitativo.
Existen diferentes religiones, y en cada una de ellas, diferentes celebraciones como todos ya sabemos. Luego esta la parte de la población que no pertenece ni cree a ninguna religión, y también es aceptable. Resumiendo, cada cual tiene su opinión y sus propias creencias en lo que le de la gana, de eso trata un poco el mundo. Existen otras celebraciones, como los carnavales, la semana santa, la feria...y en todas ellas, encontramos a personas que les gustan y las disfrutan, y a personas que no les gusta tanto y se apartan para no molestar. 
Bien. Pues con la Navidad, aunque no te guste, aunque la detestes, aunque no estés de acuerdo, aunque quieras desaparecer....te la comes con polvorones. ¿Ah no pensáis que estoy en lo cierto? Sigo argumentando. 
Si no te gusta el carnaval, basta con no disfrazarte, no escuchar carnaval y ya está. Si no te gusta la semana santa, nadie va a obligarte a que salgas a ver un paso. Y con la feria pues ni te acercas al recinto donde se celebra y punto. Con la Navidad igual, dirán algunos, y una mierda digo yo. Si sales a la calle, alumbrados navideños, si vas a comprar al supermercado, villancicos, turrones y polvorones en todos los estantes, si te apetece tomar unas tapitas...zambomba, si pones la televisión no encuentras una cadena que no hable de la Navidad, si abres tu redes sociales...es que de esto ni hablo porque ya es una pasada, y si el 24 o 31 estás solo porque no has querido celebrar nada...pueden pasar varias cosas: Una que si tienes familia pues se ofendan, te llamen bicho raro o algo así, te acabas sintiendo culpable por ser diferente y acabas cediendo en contra de tus principios. Dos te sientes como una mierda porque nadie te quiere en Navidad (que no es verdad, que es un pensamiento que te han metido en la cabeza de forma subjetiva con tanto adornito y tanta parafernalia) y Tres has decidido viajar para huir pero el único lugar factible es Australia, Japón o China y no te llega el dinero, porque si tuvieses ese dinero seguro que sí te gusta la Navidad, y definitivamente no viajas y te quedas en casa volviendo al punto Uno o Dos.
¡Y aquí es donde se ve la tercera falsedad! Si verdaderamente fuera una festividad (comercial) podrías participar o no, sin embargo, te la imponen. Navidad sí o sí para todos.


Y ya para ir finalizando este regalito navideño que os dejo, la cuarta falsedad, ¿Nadie se ha parado a pensar en el tremendo éxito que ha adquirido Papá Noel en los últimos años? ¿ A que viene este protagonismo a ese señor inventado por una marca que tan poco tiene que ver con la verdadera Navidad? Este año he alucinado con los adornos, con las menciones, ¡Y hasta con un cartero que lleva las cartas al gordito! ¿Desde cuando esto siempre ha sido así? A mi me criaron con los reyes magos, papa Noel de lejitos y poco más. Ni había un cartero especial que le llevara cartas, ni existía una cabalgata exclusiva para él, ni mucho menos nos hacíamos regalos ese día. Esta es la falsedad más descarada de todas, y es aquí donde se ve que nos engañan para gastar y gastar, y celebrar y celebrar, pero ¿El qué? 
Definitivamente...todos los valores de la Navidad perdidos con este cuarto punto, del que podría explayarme, pero me voy a contener, quizá el año que viene le haga un post exclusivo al Señor Santa ya que se lo ha ganado con creces.

Solo voy a decir una cosa buena de la Navidad, donde no veo ninguna falsedad, si un poco de ida de pinza, pero no falsedad. Y es la ilusión e inocencia de los niños. Los niños son lo único bonito, bueno y sincero de la Navidad. Ellos si sienten amor puro, compasión verdadera, ilusión, y valoran cada detalle y momento familiar. Los niños, son la verdadera esencia de la Navidad, y todos los adultos deberíamos aprender de ellos. Deberíamos recordar nuestra infancia, sentir aquellas fechas con ese corazón inocente, donde no existían problemas, deberíamos de retroceder en la memoria y aferrarnos a lo que ellos siguen sintiendo, la auténtica magia de la Navidad. ¡Señoras y señores que no se os vaya la pinza de esta manera porque no se donde vamos a ir a parar!


Por último, recalcar, para que nadie se piense que soy una especie de grinch maléfico en contra de todo lo navideño, que todo esto que he soltado aquí, con mucho gusto, es una simple opinión, es un comedero de cabeza que quería compartir con otras personas, y es algo puramente inofensivo. Ni mi intención es provocar ningún tipo de malestar, ni quiero convencer a nadie de nada, simplemente he dejado reflejada una reflexión que siempre he tenido en mis pensamientos.
Y para los que son del grupo: Piensa mal y acertarás Pues mira, sí, es verdad, no me gusta la Navidad, digo todos los años la frase: Me encantaría cerrar los ojos y que sea ya el siete de enero  y siento constantemente que me imponen la Navidad de las narices...

FELIZ AÑO