Libertad de expresión

Datos personales

Mi foto
Todos los seres viven unos instantes de éxtasis que señalan el momento culminante de su vida, el instante supremo de la existencia; y el éxtasis brota en la plenitud de la existencia pero con completo olvido de la existencia misma. "LA LLAMADA DE LA SELVA" JACK LONDON

25.1.21

¿QUIERES QUE TE CUENTE EL CUENTO DE LA BUENA PIPA ?

Es la primera vez que al colocarme frente al ordenador no me salen las palabras. Una de las razones puede deberse a la incredulidad que posee mi conciencia. No puede estar pasando, una vez más, la misma historia que vivimos hace un año. No puede ser posible.


Un largo e insoportable año, dónde nos privaron de libertad por un bien común, dónde muchos de nosotros nos vimos obligados a despedir a seres queridos, dónde la lucha contra un virus desconocido no cesa, y sin embargo, tampoco se combate, pues de ser así, ya lo hubiésemos vencido. ¿Dónde está el verdadero problema? Parece que ya nos hemos acostumbrado a vivir de esta manera. Joder...fácilmente se acostumbran todos a la incoherencia social. Fácilmente se acostumbran todos a agachar la cabecita para seguir recibiendo collejas. Pues, sinceramente, no lo entiendo, no sé si porque soy un poco lenta de sesera, o porque realmente observo la manipulación de unas mentes que se niegan a pensar y actuar por sí solas. El caso es que todo sigue igual, o incluso me atrevería a decir, mucho peor a como empezamos.


Hagamos memoria.
El primer caso de coronavirus se dió en España el 18 de Enero de 2020, tras meses escuchando e informándonos de su expansión por gran parte del mundo. Nos asustaba pero no nos aterraba, pues seamos sinceros, jamás pensamos que llegaría a nosotros. Era todo tan surrealista...Un virus muy contagioso procedente de China, incontrolable, desconocidas sus causas y desconocidas las formas de contagio, carente de cura y en ocasiones hasta podría provocar la muerte. Sonaba un poco todo como a The Walking Dead. Sí, sí...que vamos a morir todos, decíamos para quitarle peso al asunto, mitad broma, mitad...me cago de miedo.
La gente pegada al televisor, observando como con el paso de las horas cada vez más población se contagiaba. Hospitales saturados, sanitarios exhaustivos,  instrumental médico pobre, bajas incesantes, y entonces, apareció el miedo.
Se comentaba el virus, aquí y allí, pero de forma muy light, como el que no quiere la cosa, sabíamos que algo grande iba a ocurrir, y sin embargo, había una parte de nosotros que no terminaba de creerlo.
Aún no era obligatorio llevar mascarilla, y seguíamos con los besos y abrazos, no por inconscientes, si no porque nadie nos había advertido lo peligroso que podía resultar un gesto tan cotidiano.


El 14 de Marzo de 2020 el Gobierno decretó un estado de alarma, sentenciando un confinamiento social en todo el país. Quedaba terminantemente prohibido salir de casa, exceptuando los recursos mínimos como eran ir al supermercado, médico o trabajo. Prohibido dar un paseo. Prohibido visitar a tus familiares. Prohibido. No era algo que recaía en cada conciencia y nosotros mismos podíamos decidir, no. Si salías a la calle sin una justificación, multa. Llegó un momento donde incluso te llegaban a pedir el ticket de la compra. Surrealista. ¿Habeis leido "George Orwell 1984"? Pues eso.
La verdad que la aceptación y el comportamiento de la población me sorprendió. La gran mayoría acató las normas.
Primero nos dijeron que serían solo dos semanas. Luego otra dos. Luego otra dos. Y así hasta cumplir un mes y medio confinados. Eso sí, para no sucumbir al aburrimiento, de vez en cuando, la policía pasaba con las sirenas, o paraban y ponían canciones para niños; la creatividad de las personas comenzó a fluir, había quien cantaba, bailaba, tocaba un instrumento, recitaba, pinchaba discos...y se puso de moda salir al balcón para entretener a los demás, o porque estaban aburridos también y no había nada mejor que hacer. Nunca lo sabremos.
A las 8 de la tarde salían a aplaudir, supuestamente a los sanitarios, ahora cada vez tengo más claro que aplaudían por pasar el rato.
Cuando ya la gente se estaba quedando un tanto loquita, entonces comenzó la desescalada, proporcionandonos la libertad de salir de casa en un horario reducido. Cosa que nunca entendí. Un mes y medio encerrado en casa, y de repente, te dejan salir en un tramo horario, pero claro, como tú, está toda España, es decir, que todos vamos a querer salir, y como existían dos horarios, uno de 6 de la mañana a 10; y el otro de 8 de la tarde a 10 de la noche. ¿Cual creéis que escogió la gran mayoría? Pues eso también.
Paso a paso se fue normalizando la situación. Los negocios volvieron a abrir, la gente paseaba e intentaba hacer vida normal. Nada, nada, un pequeño susto del que pronto hablaremos sin importancia. El virus ya estaba controlado. Las averiguaciones sobre el virus avanzanban, y si cumplías las normas de seguridad, no había problema. Uso de mascarilla continúo, desinfectar o lavar las manos, dos metros de distancia...en fin, todas esas normas que ya conocemos de sobra.
Llegó el verano. Los empresarios, desesperados por remontar sus negocios tras las pérdidas sufridas durante el confinamiento, empiezan a ver una pequeña lucecita en el pozo sin fondo en el que estaban metidos. Con toda la positividad que les queda, no se rinden, luchan y luchan por sacar su negocio adelante. ¡Puñetero virus! Sin embargo, el virus no les obligaba a seguir ingresando el alquiler o los impuestos, eran los bancos y los políticos, que no perdonaron ni una mísera cuota. Hubo personas a las que se les creó tantas deudas, que finalmente optaron por cerrar su negocio. ¿Y que fue de ellos? Pues no sé, porque en las noticias no los nombran, ni cuentan su historia, al parecer es un tema que no interesa...
En agosto el descontrol fue inmenso. Fronteras abiertas, infinidad de personas por las calles sin distancia de seguridad, fiestas patronales, conciertos, playas atestadas y sin vigilancia (no se puede llamar vigilancia a paisanos que no conocen cómo actuar en estos casos) 
¡Suben los contagios! La gente se aterroriza de nuevo, un caos estúpido se adueña de la población, todos temen un nuevo confinamiento, y lo más gracioso, ¡Es que les sorprende la subida de contagios! Llegados a este punto, ya comencé a pensar que la gente es gilipollas, y perdón por el que se sienta ofendido, pero es que no le veo la más mínima racionalidad. ¡De que coño se sorprende la gente joder! 
Nuevas medidas: Se cierran los negocios de la hostelería a la 1 de la madrugada, no se puede fumar en las terrazas, y las reuniones serán comprimidas a 6 comensales.


El verano pega un bajón, parece que nos lo empezamos a tomar otra vez en serio, la gente está acojonada y comenzamos, de nuevo, el cumplimiento de las normas. Los locales nocturnos son los afectados, ya que se ven obligados a cerrar sus puertas. ¡Y la playa a rebosar de gente! Unas medidas clasificadas.
En Octubre nuevas medidas, los negocios se cierran a las 10,30 de la noche y nos introducen un toque de queda a las 11 de la noche, hasta las 6 de la mañana no se puede salir de casa.
Al poco tiempo volvieron a reformar las medidas, pasando a cerrar los negocios a las 6 de la tarde y adelantar el toque de queda a las 10 de la noche.
Unos protestan, otros se conforman, y los demás siguen cobrando sus pagas vitalicias por las nubes y sus dietas.
El Gobierno opta por considerar los contagios en cada comunidad, y para quitarse el marrón de encima, les ofrece la opción de elegir sus propias medidas preventivas, siempre y cuando, sean por debajo de las establecidas nacionalmente.
Yo voy a hablar especialmente de Andalucía, básicamente porque es donde vivo.
En Noviembre comienzan a cerrarse perimetralmente algunas ciudades, la idea no me parece mala, pero personalmente, me jodieron. No os podéis imaginar la impotencia que he sentido durante este periodo (bueno estoy segura que a muchos de vosotros os ha pasado lo mismo), al tener a mi familia a 25 km y no poder verlos, mientras tanto, supermercados a rebosar, autobuses llenos de gente sin separación, grupos de adolescentes sin mascarillas rebujados unos con otros...y cositas así, que sinceramente, han creado en mi interior un odio incapaz de curar.
¡Llega la Navidad! Y para no perder la reputación de una humanidad estúpida, se vuelven a cometer los mismos errores que en verano. Se abren los centros comerciales, lo cuales adoptan a masas incontables. Volvemos a esa especie de turno partido extraño, donde de 6 a 8 de la tarde no se puede beber alcohol, con la intención de que al menos las cafeterías puedan dar un servicio. Ahí me enteré de que el alcohol también era propagador del virus...
Nos permiten reunirnos con nuestros familiares, pero eso sí, máximo 6 personas, el lugar ventilado y la mascarilla en todo momento. Y luego te vas al banco y te encuentras con todo cerrado y su calefacción puesta. ¡Ay es verdad, que tonta soy! El virus no entra en los bancos.
Otra vez...fiestas clandestinas, mal uso de las medidas y todos locos con los reyes magos y lo maravillosa que es la navidad. El virus es navideño.

¡Y llegamos a Enero!
Se disparan los contagios, suben las muertes, los hospitales saturados una vez más, y miedo en la población. Se habla de confinamiento, ¿Y nos asombra?


Lo que pretendo decir con todo este discurso que he soltado como si me fuera la vida en ello, es que seguimos sin concienciarnos de la situación. Nos dejamos manipular por un Gobierno que anda más perdido que nosotros en este tema. Se nos olvida todo lo vivido y sufrido por culpa del virus. Hemos cometido los mismos errores una vez tras otra durante todo un año, y seguimos sin aprender la lección. ¿No somos capaces de anteponer la salud y el bienestar común ante una fiesta? El Gobierno no ha actuado bien, pero tenemos que reconocer que nosotros tampoco, así que dejemos de buscar culpables y comencemos de una vez por todas a buscar soluciones, a cumplir las normas, a ser cívicos y solidarios, pero de verdad, no solo de boquilla para quedar bien. No hagas que todas las muertes, todos los enfermos, y todas aquellas personas que lo están pasando mal, queden en balde. Hagamos memoria, anclemos en nuestras neuronas cada momento vivido en el año 2020, y aprendamos de él, pues amigos, el 2021 no va a ser muy diferente.
Llevo un año sin poder abrazar ni besar a mis padres, a mi hermana, y pronto, a mi sobrino. No lo hago porque me lo prohíban, si no porque soy consciente de la gravedad del asunto. ¿De qué me sirve reprimir mi afecto? Me sirve si lo hacemos todos. 
Demostremos la inteligencia que define al ser humano y actuemos con coherencia, ya hemos perdido bastante, no sigamos perdiendo más; o al final esto será como el cuento de la buena pipa, ¿Sabéis de que os hablo?
¿Quieres que te cuente el cuento de la buena pipa? Que no te he dicho ni que si ni que no, te he dicho que si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa...


P.D. Si queréis que haga un post más detallado sobre este tema, abarcando las nuevas cepas del virus, la vacuna y demás, solo tenéis que dejar un comentario, o pulsar me gusta. Si no...cogeré la indirecta y no volveré a hablar de este tema nunca más (Imposible jajajajajaj)

10 comentarios:

  1. Te he leído atentamente..Coincido..Es terrible
    Creo que lamentablemente no hay "voluntad de los gobiernos" de que salgamos de esta...y aquí no tiene nada que ver la vacuna y todo lo demás.. Hasta hoy, mucha palabrería que no ha servido para nada, la gente sigue contagiándose .Siento que todos podríamos trabajar y hacer todo lo que hay que hacer, inclusive pasear , si la cosa fuese "Consciente y moderada", además de controlada. Lamentablemente la economía se ha ido por la borda en muchos paises, la gente tiene que pagar sus impuestos igual, falta el trabajo y todo se va a pique. Me llama la atención como por ejemplo cuando se aproxima la temporada veraniega se deja de hablar tanto del COVID y se abren las puertas para que la gente vaya a las playas y "disfrute" del verano. Mi ciudad que es turística y estamos en la temporada de verano esta a full de turistas..Uno se hace muchas preguntas..Por un lado se entiende que los restaurantes, hoteles, bares, etc...tienen que trabajar..por el otro...entender que estamos frente a una pandemia.. Aqui la gente esta amontonada en las playas sin protección alguna...qué pasará luego.. No se sabe si es peor el remedio que la enfermedad. Me quedo también con ese sentimiento tuyo que comparto de no poder abrazar a nuestras personas queridas, cuando por delante nuestro el mundo parece estar como si nada... has tocado un tema complejo...da para hablar y desahogarse bastante...te dejo un abrazo grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente. Lo que menos tienen los gobiernos es voluntad, a ellos no les importa en absoluto la miseria que acontece todo esto, ni las muertes, y tampoco temen contagiarse del virus, pues estoy segura que casi todos se han puesto la vacuna, y sino, se hacen pruebas del pcr cada dos por tres. A ellos ni les va ni les viene la pandemia.
      Si todos pusiesemos un poco de nuestra parte, y cumpliesemos las normas...estoy completamente segura que podríamos hacer vida normal, incluyendo la apertura de muchos negocios.
      Igual que explicas que pasa con el verano, también lo hemos podido comprobar en navidad...no sé, a veces pienso que juegan más con el miedo que con otra cosa, y que exagerar el virus para atemorizar a la gente, conviene para controlarnos mejor.
      Muchas gracias por tu gran comentario, y por compartir tus pensamientos.
      ¡Un abrazo y cuidate!

      Eliminar
  2. Nos has dejado una entrada que creo que la gente que tiene dos dedos de frente pensara igual o parecido a tu escrito . Es una pena que nos hayamos aprendido absolutamente nada de lo acontecido durante este casi año.
    El echar las culpas a los gobernantes es fácil, que no digo yo que no hayan actuado mal, pero por una vez en la vida, hagamos autocrítica y seamos honestos. Somos lo peor, egoístas y muy hipócritas. Me duele admitirlo pero es la realidad que al menos yo vivo a mi alrededor. Las gentes no se cortan en estar en reuniones, en ir a fiestas, en no llevar la mascarilla bien puesta un sin fin de malos modos. Eso sí todos a la hora de hablar somos muy precavidos, no era mentira porque si en realidad fuéramos precavidos esto que nos estaría ocurriendo ahora, nunca hubiera llegado una tercera crisis. En fin ee mas de lo mismo Y lo que realmente necesitamos son al vacunas ya mismo y hacer examen de conciencia y pensar que la vida debemos acoplar a los acontecimientos ella nosotros.
    Y por mi puedes seguir debatiendo o expresar tu sentir porque es el de muchos. Un besazo grande y espero que os sigáis cuidando.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No puedo estar mas de acuerdo contigo Campi. Es totalmente indignante, ver como una intenta sobrellevar esto de la mejor forma posible, intentando cumplir cada norma, e intentando ser precavida en cada movimiento, ya no solo por la salud de uno mismo, sino por la de los demás; y luego es como dices, sales a la calle y encuentras de todo. No sé a ti, pero a mi a veces me entran ganas de dirigirme a esas personas y decirle un par de cositas, pero claro...luego piensas que no eres nadie, solo un ciudadano más que quiere salir de este infierno, y que cada uno es responsable de sus actos, pero no veo justo que los actos de unos y de otros me repercutan a mi o a mi familia. Al final pasas de largo, indignada y enfadada, pero no dices nada, solo te auto convences a ti misma que de esto no vamos a salir en la vida.
      Muchas gracias por tu extenso comentario, muy interesante tu opinión.
      Un beso y cuidate!!

      Eliminar
  3. Pues sobre tu PD, ¡No gracias! Con la amplitud de lo expuesto vamos servidos! :)))))))

    Vengo del blog de Ana tras leer tu comentario... Acertado sin duda.

    Abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ernesto. Muchas gracias por leerme y comentar.
      Vale, vale, no escribiré más sobre el tema..¿O Si? jeje.
      Espero que te sigas pasando por aquí de vez en cuando.
      ¡Un abrazo y cuidate!

      Eliminar
  4. Muy cierto lo que dices. Y no espabilamos. Cada uno debemos respetar las normas. Concienciarnos. Porque esto cada vez va de mal en peor.

    Muy buena entrada.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola María! Muchas gracias por leer mi post y comentar.
      Por lo que puedo ver, día a día, no, no espabilamos, y mucho menos nos concienciamos. Sin ir más lejos, hace días, un cliente se empeñó en darme la mano en señal de cortesía, y aunque intenté explicarle que debido a la situación no era conveniente hacerlo, el señor se enfadó, me puso mala cara y se marchó. ¡Cómo si yo fuese una grosera que no ha querido darle la mano! ¡Indignante de verdad!
      Muchas gracias por tu comentario.
      ¡Un abrazo y cuidate!

      Eliminar
  5. Tal cuál tú lo dices...así pienso yo. Todos tenemos parte de nuestra culpa. Así es.Fiestas a destajo,en cafeterías sin mascarillas, por la calle con la nariz al aire :( y los que directamente van sin ella.El gobierno? hizo muchas, muchisimas cosas mal. Andan más perdidos que yo en el metro...pero...¿ Algún otro partido lo hubiera realizado mejor? Aún...a estas alturas de la historia...alguien confia en los politicos???Vamos...yo ni de broma.Ni en uno!!!decepción total.
    Te mando un besazo enormeeeeee y pensando que el bebé ya estaba en casa!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola amiga! Pues sí, nada mejora en la actitud del ser humano al parecer, y en lugar de ir hacia adelante, retrocedemos sin que nos importe nada. El problema es que nos hemos acostumbrado a vivir así, hemos aceptado todo lo que acarrea el virus y nos hemos conformado, esperando a que alguien venga y acabe con todo esto de una vez, sin pararnos a pensar, que somos nosotros mismos los que tenemos las herramientas necesarias para terminar con la pandemia.
      Yo no confío en ningún político, por el simple hecho de que para mi, lo que hay en España...ya no se le puede llamar política. Sin embargo sigue habiendo personas que defienden con uñas y dientes a sus partidos y políticos, sin darse cuenta que son todos iguales, solo miran por sus intereses y no por la población.
      Me alegro mucho de tener noticias tuyas, se te echa de menos por aquí. Un besazo enorme para ti también ¡Cuidate!

      Eliminar